Ecoturismo

La finca de Jaén donde puedes hacer un safari para ver linces ibéricos

El Encinarejo (Andújar, Jaén) es una finca pionera en la defensa de este mamífero en peligro de extinción y del turismo de naturaleza

Un lince en El Encinarejo CBD-Habitat

Mar Ramírez

Entramos en territorio lince al abandonar la jienense localidad de Andújar . En esta sierra comenzó todo hace 22 años. El monte mediterráneo abraza la sinuosa carretera A-6177 en la zona donde la Fundación CBD-Habitat , con la Junta de Andalucía, inició la recuperación del lince ibérico con ejemplares procedentes de las dos únicas poblaciones existentes a finales de los años 90, en Doñana y Sierra Morena.

Las señales viarias con el rostro de un lince invitando a reducir la velocidad no dejan lugar a duda: es un monte de linces y por ello es fácil verlos cruzando la carretera. Incluso una hembra crió un año junto al arcén, al abrigo de unos grandes bolos de roca.

Quedan 21 kilómetros hasta la entrada de El Encinarejo (inf: 680 980 641), una finca de 2.000 hectáreas orientada al turismo de naturaleza gracias a uno de sus más extraordinarios habitantes, el lince ibérico. Fue una de las propiedades que colaboraron desde los comienzos de las tareas de recuperación de este mamífero carnívoro al borde de la extinción. Con su autorización los técnicos de CBD-Habitat iniciaron una tarea esencial como es el mantenimiento del hábitat del lince. Favorecía así el retorno del conejo -presa esencial para la supervivencia del lince-, cuya maltrecha población se debe a décadas de enfermedades que han diezmado sus contingentes.

Al atravesar la verja de El Encinarejo, hasta llegar al blanco cortijo situado sobre un cerro, nos dan la bienvenida ciervos y gamos silvestres que se alejan brincando ágiles al ser sorprendidos por el vehículo.

Encuentro de los ecoturistas con los bisontes

Nada más llegar al cortijo sorprende divisar los vehículos todoterreno con asientos al exterior, como en un safari africano . La sorpresa continúa con el porche abierto a la inmensidad del monte mediterráneo, un auténtico mirador hacia el outback donde la cálida acogida de Jess y Alex Hohne -los locos sudafricanos de la sierra de Andújar, como les llaman- confirman el placer de esta pareja por vivir en estos grandes espacios naturales, como en su país de origen. Su pasión por la conservación ha impulsado una experiencia ecoturística pionera que aúna el encanto de un ‘lodge’ en plena naturaleza , con reminiscencias de turismo de lujo a la africana, la esencia andaluza y la emoción de hallarse frente a un lince ibérico.

Pero no es solo la especie más emblemática de la península y símbolo natural del monte mediterráneo la que espera, sino que en los itinerarios por la finca es posible avistar al águila real que anida en los roquedos o a la no menos amenazada águila imperial ibérica que cría en una finca vecina. Con paciencia y sigilo, se divisará hasta la nutria que frecuenta la orilla fluvial. Observaciones que no hubiesen sido posibles sin la continuada labor de conservación de la Fundación CBD-Habitat.

Antes de regresar al cortijo a disfrutar del atardecer, una nueva sorpresa aguarda ante el encuentro de una manada de bisontes . Son la nueva apuesta de los propietarios por la gestión natural de la finca.

Apostando por la sostenibilidad de su oferta -incluye hasta la práctica del piragüismo en el embalse del Jándula - en breve dispondrán de cuatro bungalós accesibles y con energía solar, que se sumarán a las cuatro habitaciones para clientes que ya tienen en su hacienda. Se ubicarán ante una vasta panorámica de la Sierra Morena, puro monte mediterráneo donde se escuchan los maullidos del ‘gato’, como popularmente se llama al lince ibérico.

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