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Las llamadas por internet, el Santo Grial tecnológico

Las teleoperadoras exhiben su cautela ante la próxima funcionalidad de WhatsApp, aplicación reina de la mensajería instantánea, que podría agitar el mercado de las telecomunicaciones

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Internet lo ha cambiado todo. Allá por donde pasa, arrasa. Los mensajes de texto, conocidos como SMS, se han quedado en una ínfima parte de lo que fue en su día. Su consumo es residual y únicamente se trabaja con ellos en el mundo laboral y para campañas de marketing, si bien es cierto que ofrecen en muchos casos una mayor seguridad y privacidad que las aplicaciones.

La comunicación en la actualidad comienza a fluir por otras vías, que no tienen que ver con las redes de telefonía desplegadas por todo el mundo. Las palabras se escriben en teléfonos y viajan a través de internet. Y pronto lo hará la palabra hablada. Aunque ya existen soluciones y herramientas que ofrecen las llamadas VoIP, el mero hecho de que la aplicación que reina en la mensajería instantánea como es WhatsApp se encuentre ultimando su entrada en el mercado de las llamadas telefónicas puede provocar una verdadera revolución.

Las teleoperadoras, públicamente, echan balones fuera. Intentan ocultar su nerviosismo, pero a puerta cerrada son muchas las voces que se muestran preocupadas por el cariz que está tomando las comunicaciones que viajan por internet. Hasta la fecha, el sector de la telefonía se había encargado de desplegar la infraestructura necesaria para realizar las llamadas telefónicas y, en fechas más recientes, de la llegada de internet a los hogares y a la telefonía móvil.

El negocio de la telefonía

Estas compañías han visto mermados sus ingresos a consecuencia de la pérdida de interés de los SMS, que se ha llevado por delante un importante foco de negocios al dejar -según cálculos globales- de percibir unos 58.000 millones de euros anuales, que se dice pronto. Y el negocio al que se han enfocado desde su creación, la telefonía, puede estar en peligro si estas aplicaciones (Viber, Tango, Skype, Hangouts, ahora WhatApp) cumplen la promesa de realizar llamadas por internet de una manera estable y robusta. Y las cosas cambian: el mercado de telefonía móvil ganó algo más de medio millón de líneas en 2014, mientras que el de banda ancha sumó más de 700.000 conexiones durante el pasado año, según el informe de la Comisión de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Esa es la lucha interna de WhatsApp, filial de Facebook, que hace un año anunció la llegada de las llamadas VoIP a su plataforma pero una serie de problemas técnicos han obligado a retrasarlo. Aunque esta empresa no será pionera en este campo, al ser líder de este competitivo mercado gracias a haber cautivado a 700 millones de personas en todo el mundo la prepara para acercarse al éxito.

El desafío comienza a exhibirse. El propio Mark Zuckerberg, dueño y señor de la red social, dejó caer que si las operadoras no se centran en donde está el negocio («las tarifas de datos») no se conseguirá «hacer crecer internet». Gurú y millonario antes de los treinta, este norteamericano ha conseguido poner entre la espada y la pared a decenas de compañías. Sus sueños no tienen límites, e impulsar desde el proyecto internet.org la idea de conectar las dos terceras partes del mundo que en la actualidad no llega internet no lo hace por amor al arte.

Zuckerberg sabe caminar sobre alambre, evita quemarse al mismo tiempo que va echando miguitas de pan. No debería extrañar que elogiase en su visita a Barcelona el papel de las operadoras por crear las redes de conexión y negase incluso que sus productos de comunicación gratuitos, como Facebook y WhatsApp, quieran «canibalizar» los ingresos de estas empresas o instaurar una cultura de todo gratuito. Pero tiene claro que «hay que conectar personas no aparatos» mientras insta a las operadoras a no cobrar por llamadas y cambiar de negocio, un negocio consolidado desde hace décadas.

Facebook y Google quieren conectar el planeta

Tampoco Google quiere perder esta batalla; como gigante de la tecnología está perfectamente capacitado para desarrollar nuevos negocios al margen de los que le atañen en la actualidad. Por esta razón, dos de sus iniciativas van hacia crear un mundo tranversal. Por un lado, a través de iniciativas como Project Loon o Project Titan se intenta encontrar el remedio para conectar, al igual que Facebook, las regiones menos favorecidas.

Ambos proyectos tienen diferentes soluciones, ya sea con la utilización de drones, satélites o globos aerostáticos para replicar la señal de internet. Y, por otro, la firma norteamericana pretende crear un operador virtual, lo que echaría aún más leña a los teleoperadores, tal y como argumentó el vicepresidente de Google, Sundar Pichai.

Sin embargo, en efecto, la máxima prioridad de las empresas de internet es seguir aumentando el número de personas que usan la Red con una infraestructura estable: «Hablar de 'drones' y globos que dan conexión es sexy. Pero lo importante está aquí, en el MWC, y en que las operadoras continúen construyendo la infraestructura», argumentó Zuckerberg, durante su intervención en la feria Mobile World Congress de Barcelona, que ha cerrado sus puertas con récord de asistencia (90.000 visitantes).

Reacción de las teleoperadoras

Guerra fría entre los más veteranos del sector. La reacción de las compañías telefónicas ha sido la de enrocarse. La estrategia a corto plazo es mantener su estatus y conservar lo que ya tienen. Se quejan de que ellos ponen la infraestructura y son este tipo de compañías desarrolladoras de aplicaciones quienes se aprovechan. Pero algo cambia. Comienzan a ofrecer nuevos servicios destinados a ampliar la cobertura de internet móvil. Yoigo, por ejemplo, acaba de lanzar la tarifa más agresiva del mercado. Bautizada como tarifa «sinfin», ofrece desde esta semana llamadas y datos ilimitados, incluyendo navegación a través del móvil con 20 GB a máxima velocidad 4G, por un precio mensual de 29 euros al mes. Otra compañía como es Vodafone apela a la drástica caída de precios que se ha producido en los últimos seis años no deja espacio para más bajadas. Si lo hacen -consideran-, se tendrán que paralizar algunas inversiones.

Una de sus grandes apuestas para competir contra este tipo de aplicaciones de mensajería fue la de crear Joyn, nombre del servicio de las teleoperadoras que insisten a ABC cuando se le preguntan acerca del futuro de las comunicaciones. Pero este servicio no ha cuajado y la revolución que algunos expertos ven en el crecimiento de WhatsApp puede provocar un cisma de tales dimensiones que habrá que replantearse el negocio. Según el informe sobre tendencias y previsiones para el tráfico de red IP, publicado este febrero por la consultoría americana de telecomunicaciones Cisco Systems, se prevé que en 2018 los minutos de llamadas por internet superen los minutos de llamadas por la red telefónica convencional. Un cambio de paradigma, de hábito y quizá de negocio.

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