Convenio de Barcelona

Victoria internacional para los cetáceos del Mediterráneo

En un área del tamaño de Aragón entre las costas de Baleares, Cataluña y Comunidad Valenciana quedan prohibidas las prospecciones de hidrocarburos

A. Acosta

El corredor de cetáceos del Mediterráneo tendrá también protección internacional. Así lo ha decidido la 20ª Conferencia de las Partes (COP 20) del Convenio de Barcelona (Conferencia de los países ribereños que se encargan de proteger el Mediterráneo), que se celebra en Tirana (Albania) del 17 al 20 de diciembre, y que ha declarado a esta área Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM).

Se trata de una victoria para las organizaciones ambientalistas que llevan años reclamando esta protección, y también para el Gobierno español, que hizo suyas las demandas conservacionistas y actualmente está tramitando un Real Decreto por el cual se declara el Corredor de Migración de Cetáceos como Área Marina Protegida y se aprueba un régimen de protección preventiva en el área. Por tanto, habrá que esperar a que el Gobierno tenga publicado este Real Decreto en el Boletín Oficial del Estado para hacer definitiva la declaración de esta ZEPIM.

Se trata de un área de más de 46.000 kilómetros cuadrados –más o menos la superficie de Aragón-, entre las costas de Baleares, Cataluña y Valencia, con un altísimo valor ecológico, no solo por ser zona de paso migratorio para el rorcual común hacia sus áreas de cría y alimentación en el norte del Mediterráneo, sino también por ser hábitat y zona de alimentación para una gran diversidad de especies de cetáceos (rorcual común, cachalote, delfín mular, delfín listado, delfín común y especies de cetáceos buceadores de gran profundidad como el calderón gris, el calderón común y el zifio de Cuvier) y para otras especies de fauna marina (como la tortuga boba, diversas especies de aves, etc.).

Todas estas especies salen ganando frente a las amenazas que tenían en esa zona, pues a partir de ahora rige un régimen de protección preventiva en el área , que establece la prohibición de los estudios sísmicos con cañones de aire comprimido y otras tecnologías, así como cualquier actividad extractiva en esta área.

Permisos de prospecciones

Desde Alianza Mar Blava -plataforma compuesta por administraciones públicas (Baleares y Cataluña), entidades del sector privado y de la sociedad civil que ha promovido la declaración de esta área marina protegida- explican que una consecuencia directa de esta protección internacional es que el Ministerio de Energía deberá archivar todos los proyectos de prospecciones de hidrocarburos y las solicitudes de permisos de investigación de hidrocarburos que afecten a este espacio protegido.

Carlos Bravo, portavoz de Alianza Mar Blava, señala los permisos de investigación de hidrocarburos «Nordeste 1» a «Nordeste 12» solicitados en el Golfo de León por la compañía Capricorn Spain Ltd (filial española de la petrolera Cairn Energy), y otro denominado «Medusa», solicitado por cuatro compañías petroleras frente a las costas de Tarragona, así como el proyecto de sondeos acústicos de la compañía Spectrum Geo Limited en el mar Balear (el cual cuenta ya con una resolución de archivo del Ministerio de Medio Ambiente), cuyas superficies de actuación se solapan espacialmente en gran medida con la del citado Corredor de Migración de Cetáceos.

Contaminación acústica

«Esta decisión del Convenio de Barcelona es una excelente noticia para la vida marina en esta parte del mar Mediterráneo, una especie de regalo de Navidad. A su vez es un reconocimiento a la importancia de la investigación científica y a sus resultados, a la aplicación sensata de las herramientas de conservación de la naturaleza, así como al trabajo de la sociedad civil», afirma Nicolas Entrup, portavoz de OceanCare y NRDC, dos ONG internacionales, miembros de Alianza Mar Blava, que se dedican principalmente a la reducción de actividades que provocan contaminación acústica submarina en los océanos del mundo.

Ahora, se abre un plazo de tres años para elaborar un Plan de Uso y Gestión , tal y como obliga el Convenio de Barcelona. Y dentro de él deberá incluirse un plan de gestión general para reducir los niveles de ruido submarino. Precisamente, esta zona del Mediterráneo ha sido recientemente identificada como un «punto caliente de ruido submarino» en un estudio científico internacional en el que se analizaron las actividades que causaban ruido antropogénico en el mar Mediterráneo.

La contaminación acústica submarina pone en riesgo la supervivencia de las poblaciones de fauna marina, especialmente las de los cetáceos, debido a la especial fisiología de éstos que dependen del sonido para el desarrollo de todas sus actividades como su orientación espacial, alimentación, reproducción y cría.

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