Primer bautizo civil en el municipio malagueño de El Borge, cerca de Rincón de la Victoria
Primer bautizo civil en el municipio malagueño de El Borge, cerca de Rincón de la Victoria - ABC

Primera petición de «comunión» civil: «Mi hija quiere una fiesta sin misa»

Una familia solicita la celebración en el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria

Málaga Actualizado: Guardar
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Ni siquiera se había reunido este miércoles aún el Pleno del Rincón de la Victoria para aprobar el cambio de las ordenanzas que permitirán la celebración de «comuniones» civiles cuando se produjo la primera —y de momento única— petición. Por la mañana, una vecina de este municipio malagueño acudió a las dependencias municipales para reservar una fecha y que su hija pueda conmemorar de esta forma el paso de la infancia a la preadolescencia. Se llama Dolores Díez, se confiesa atea y defiende que su primogénita reciba una educación laica. ¿Por qué celebrar una comunión entonces? «Mi hija quiere una fiesta», dice.

Díez, dueña de una clínica veterinaria, explicó ayer a ABC que su pequeña —de ocho años— no tenía ninguna inquietud en hacer la comunión, «hasta que nos invitaron a dos el año pasado».

«A la primera llegamos tarde y fuimos directamente a la celebración; en la segunda asistimos primero a la ceremonia católica», relata Dolores, que recuerda que fue entonces cuando su hija le dijo que quería hacer la comunión.

Esta madre recuerda que le preguntó a la niña que qué tipo de celebración quería, y le puso como ejemplo las dos a las que habían asistido: ¿Con misa o sin misa? «Como la primera, que tenía un payaso», le respondió. «Entonces comprendí que lo que quería era solo una fiesta. Y no quiero hacer el paripé durante los años de la catequesis de que vamos a misa y demás». Así, comenzó a preparar una particular conmemoración que no era más que «una fiesta sin misa», en la que disfrazará a la niña de princesa. Aceptará regalos.

Pero cuando el martes Dolores leyó la noticia sobre la posibilidad de celebrar «comuniones» civiles, encontró la que consideró su fórmula perfecta. Ni siquiera le importaron los 82 euros que el Consistorio le cobrará en concepto de tasas. Ayer, después de dejar a su hija en el colegio, fue apresurada al Ayuntamiento «pensando que iba a haber una gran cola, como pasa para pedir fecha para las bodas civiles». No solo no había nadie más, sino que era la primera persona que se interesaba por este tipo de ceremonia, que quiere celebrar, cómo no, el próximo mayo.

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