Pamplona, 6-14 de julio de 2017: de ser una pequeña ciudad a convertirse en el foco de atención mundial

Pamplona es una de esas ciudades que hay que visitarla, al menos, dos veces para poder decir que se conoce. Porque, en realidad, Pamplona son dos ciudades diferentes, casi opuestas. Y hoy, precisamente hoy, comienza la segunda Pamplona. Y la transformación se aprecia en tan sólo unos minutos, en la diferencia entre ayer 5 de julio, una ciudad pequeña, sobria, coqueta, repleta de verde y hoy, 6 de julio, una ciudad donde todos, absolutamente todos visten de blanco y rojo, donde miles de personas, vecinos y foráneos circulan por sus calles con alegría, risas y ganas de pasárselo bien cuyo punto culminante se producirá este mediodía con el Chupinazo, el cohete que da inicio a 204 horas de fiesta continua e ininterrumpida.

Sólo con el programa oficial, el organizado por el Ayuntamiento, hasta las doce de la noche del próximo día 14 el visitante podrá disfrutar de 425 actos de fiesta, uno cada 28 minutos. Y al programa oficial hay que sumar las decenas de actividades y eventos que organizan las peñas, asociaciones y otras organizaciones. Pero, sobre todo, la fiesta, los Sanfermines se viven en la calle, música, bailes, risas, diversión y también actos tradicionales.

Por eso, la población de Pamplona se multiplica durante los próximos 9 días. Hasta un millón y medio de personas pasarán por una ciudad que durante el resto del año apenas alcanza los 200.000 habitantes. La mayor aglomeración de visitantes se producirán este año en la primera mitad de las fiestas, el 6 y el 7 por ser los primeros y mejores días y el 8 y 9 por ser fin de semana.

Ocupación hotelera

Por eso, quien decida a última hora acudir a conocer y, sobre todo, disfrutar los Sanfermines, todavía tendrá alguna posibilidad de encontrar alojamiento en un hotel. La Asociación Hoteles de Pamplona cifraba con fecha a 29 de junio, la ocupación de Pamplona en un 73,6%, tanto en los hoteles de Pamplona capital como en los del área metropolitana. Aunque muchas plazas todavía libres se ocuparán en los últimos días.

Pero el hotel no es la única posibilidad de pernoctar en Pamplona. Según un estudio del Ayuntamiento de Pamplona de 2014, el 72% de los visitantes hacía noche en la capital navarra. El resto acudían a pasar el día o la noche y tras unas horas de fiesta regresaban a sus lugares de origen, en su mayor parte, localidades o ciudades cercanas a Pamplona. De ese 72%, el 18% dormía en hotel, el 8% en hostales y el 9% en casas alquiladas. El porcentaje más importante de visitantes, un 39%, duermen en casas de amigos o familiares. Y el siguiente segmento, un 21% pasa la noche sin hospedaje, durmiendo en el propio coche o en los jardines de la ciudad.

Hostelería

De ahí que el dinero que generan los Sanfermines por el hospedaje tampoco es que sea excesivo. Los grandes beneficiados de las fiestas de San Fermín son los bares. Los establecimientos de los barrios más céntricos multiplican el consumo de bebida y de comida. Estos días previos a las fiestas, el trajín de camiones de reparto era incesante durante todo el día. Los bares quieren tener los almacenes bien repletos para satisfacer la demanda.

Y este consumo también genera beneficios en el mercado laboral. Los bares duplican su plantilla para las fiestas. El House Beer, por ejemplo, junto al céntrico Paseo de Sarasate, alcanzará los 14 trabajadores cuando el resto del año tiene una plantilla de 7 u 8 personas. También es cierto que los horarios de los bares se amplía notablemente en Sanfermines. Los bares normales pueden permanecer abiertos hasta las 6 de la mañana y luego el Ayuntamiento les obliga a cerrar durante 3 horas para realizar las labores de limpieza. Las 18 horas del día restantes, se mantendrán repletos de clientes con ansias de beber y comer, bailar y disfrutar, lo que también pondrá a prueba la paciencia de los camareros. Por eso, el trabajo en Sanfermines está mejor pagado que en el resto del año.

Muchos estudiantes trabajan los nueve días de Sanfermines para tener un colchón económico o para poder irse de vacaciones. Un camarero puede ganar hasta 2.000 euros en los 9 días. Eso sí, trabajando 12 horas, en terraza y por la noche.

110 euros diarios

Porque los Sanfermines generan dinero. Los 9 días de julio es el agosto de la capital navarra. Según el mismo estudio del Ayuntamiento de Pamplona, el visitante que acude a Sanfermines realiza un gasto de casi 110 euros diarios, principalmente entre la hostelería, 50,50 euros, espectáculos como toros o teatro, 31,69 euros, y ropa o comestibles, con 30,83 euros diarios.

Los hombres (125,19 euros) gastan más que las mujeres (89,19). Conforme aumenta la edad también se incrementa el gasto. Las personas entre 40 y 49 años con las que más gastan (131,48 euros). Y los extranjeros (151,34 euros) gastan más que los nacionales (102,74 euros) y mucho más que los navarros (84,69 euros) dado que éstos cuentan normalmente con alojamiento.

Según la encuesta del Ayuntamiento, la mayor parte de los visitantes son nacionales, procedentes de otras Comunidades Autónomas, el 68%. El 20% de los visitantes proceden de otros países, principalmente de Francia por cercanía (el país galo se encuentra apenas a 50 minutos de la capital navarra) y también de Australia y de Reino Unido. Aunque en un paseo por las calles de Pamplona te puedes encontrar con ciudadanos de los cinco continentes.

Porque si algo tienen los Sanfermines es un poder de atracción que pocas fiestas más alcanzan en el mundo. Ya lo expresó Hemingway en su libro Fiesta. Pero a pesar de que han pasado ya 91 años desde que el premio nobel publicó su primer libro importante, los Sanfermines siguen siendo un foco de atención permanente.

La italiana Chiara Bonelli quedó tan enamorada de las fiestas de Pamplona que incluso realizó su tesina fin de carrera sobre los Sanfermines. «¿Cómo es posible encontrar una transformación tan grande en una ciudad tan pequeña?», se preguntaba. Para ella, el éxito de los Sanfermines se encuentra en «el impacto de sentirse inmediatamente parte de un grupo debido a la atmósfera cautivante en general, y no importa si vas a la fiesta con amigos o no: te vas a sentir como si la gente alrededor de ti fuese tu cuadrilla de una vida».