Monseñor Osoro destaca el «testimonio sincero y valiente» de Carmen Hernández

Un grupo de jóvenes del seminario diocesano Redemptoris Mater de Madrid llevaron este jueves hasta el presbiterio de la catedral de la Almudena el féretro de quien fuera una de las iniciadoras -junto a Kiko Argüello- del Camino Neocatecumenal, uno de los movimientos con más vitalidad dentro de la Iglesia.

Durante la misa funeral por Carmen Hernández, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, destacó «el testimonio sincero y valiente» de esta mujer, que dedicó su vida «a anunciar a Jesucristo». Aquella primera comunidad cristiana, fundada en el madrileño barrio de Palomeras entre los más pobres en la década de los 60, se extiende hoy a 30.000 comunidades repartidas en 125 países y «fascina a un millón y medio de cristianos», recordó Osoro en su homilía.

El templo estaba abarrotado de seguidores del Camino Neocatecumenal, que quisieron dar su último adiós a esta mujer «con un deseo misionero irresistible» y que «todo lo vivió con un gran amor a la Iglesia». Monseñor Osoro no escatimó en elogios hacia la obra de esta licenciada en Química y Teología, fallecida este martes a los 85 años de edad. «Su evangelización se convierte en una comunidad cristiana que vive y hace vivir, desde una oración sincera, la comunión entre personas realizada en una comunidad concreta y con el entusiasmo de la evangelización, es decir, de anunciar a Jesucristo muerto y resucitado».

La Eucaristía estuvo concelebrada por el presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, monseñor Stanislaw Rylko; el presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez; el cardenal Antonio María Rouco Varela; el arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, así como el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini.

Con motivo del fallecimiento, el Papa Francisco envió un mensaje a Kiko Argüello que fue leído antes del inicio de la misa por el nuncio. En la misiva, el Santo Padre agradece al Señor «por el testimonio de esta mujer que ha dedicado su vida al anuncio de la Buena Noticia sin olvidar a las personas más marginadas» y anima «a todos a mantener viva su ansia evangelizadora».