MascotasMucho ojo con los ojos

Los ojos de los perros, gatos y otros pequeños roedores deben limpiarse para evitar males mayores. Se trata de una tarea sencilla que no se debe descuidar. Hay que estar muy atentos y extremar la higiene

Madrid Actualizado: Guardar
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Hoy toca hablar un poco de los ojos y de su cuidado. Órgano en el que reside el sentido de la vista, enormemente complejo y tremendamente delicado. En los gatos, animales primariamente selváticos, se produce algo muy curioso: permanecen durante muchos momentos del día en “atención difusa”, echados, mueven solo ligeramente la cola en sinuosas ondas. En esos momentos parecen no pensar en nada sumidos en una especie de estado, como diría ,“zen”. Pues no, están meditando, más bien se comportan como lo hacían en su medio natural, en la selva.

“Allí millones de estímulos auditivos y visuales se cruzan, se mezclan y forman como un enriquecido magma sensorial”, comenta el veterinario Javier Álvarez de la Villa que asegura que “nuestro amigo zen gatuno analiza dicho magma.

La supervivencia está en juego, puede captar algo para cazar o algo para huir. Entonces el gato en la fase de atención difusa, no está ido, todo lo contrario,está súper relajado y absorbiendo información como una esponja. Por gracia, este momento no se prolonga en demasía y nuestro gatuno amigo sale del mismo hacia el campo de la atención dirigida y entonces se fija en nosotros, juega, se expresa y todo eso que tanto nos gusta de ellos”.

Perros: más cercanos a los humanos

Los perros se parecen algo más a nosotros. Ellos no son tan selváticos, sino sus orígenes están en otros espacios abiertos, no hay que olvidar que proceden del lobo, de horizontes más lejanos. Allí tenían que ver y oír. Pocos estímulos para filtrar y como consecuencia animales con un porcentaje altísimo de atención dirigida. Eso explica que los perros, nuestros queridos compañeros, se fijen más en nosotros. Nos vigilan, nos cuidan, nos acompañan, a veces, las 24 horas del día. Pero además la especie canina nos mira directamente a los ojos y gustan, esto es un misterio, de intercambiar mensajes llegando a adivinar no solo nuestras intenciones, si no, nuestro estado de ánimo.

Desde el punto de medicina animal, el veterinario consultado asegura que reciben con bastante frecuencia perros, gatos y otros pequeños animales afectados de dolencias oftálmicas. Las mascotas aquejadas pueden encontrarse más o menos incómodas pero, lo que es peor, su sentido visual puede hallarse comprometido. El veterinario realiza unas preguntas para orientar la patogenia, desde cuándo le ocurre, cómo ha sucedido….etc. Seguidamente procede a la exploración del ojo.

¡Atención a los ojos rojos!

En muchas ocasiones el propietario puede observar ojo "rojo", así como el perro o el gato suele estar incómodo e intenta tocar con su pata delantera o frotar contra suelo y enseres. Cuando llega al Centro Veterinario -en palabras de Javier Álvarez de la Villa - “realizamos una exploración a conciencia y con sumo cuidado dada la sensibilidad de la zona”.

En ocasiones el estado general de la mascota, puede estar afectado y los ojos rojos serán secundario a una inflamación interna de los mismos, concretamente de la capa vascular o UVEA y es lo que conocemos como uveítis. Así que su perro tiene los ojos rojos, está triste, puede tener una causa primaria como erlichiosis, leishmaniosis, infección interna, tumor…etc. que lo origine.

Pero esto no queda ahí, el ojo rojo es un síntoma común a multitud de patologías y otro ejemplo es el glaucoma, originado por un aumento de la presión intraocular. Todos hemos tenido, por desgracia, contacto directo o indirecto con esta patología que por supuesto afecta también al ser humano. En el glaucoma aumenta la presión intraocular, que logramos medir mediante tonometría. “Cuando la elevación es intensa, no hay tiempo que perder”, comenta nuestro veterinario consultado y hay que “instaurar un protocolo rápido con una agente hiperosmotico (manitol) que aplicamos vía intravenosa, además de prostaglandinas, dorzolamida, timogel y otros agentes hipopresores tópicos”. De esta manera, si no han pasado más de 24 horas con una presión elevada, podrán salvar el ojo y lo que es más importante, la función visual. No olvidemos que al elevarse la presión intraocular el delicado y especializado epitelio retiniano y el nervio óptico sufrirán una anoxia y rápido deterioro.

Hay otros casos en los que la dolencia no es tan grave. El ojo esta encarnado, pero tras una exploración “nos aseguramos que las partes interna y la presión está en orden y solo es una conjuntivitis, a veces alérgica (frecuente en primavera) otras debidas al polvo y contaminantes (obras en la casa), otras de tipo bacteriano, vírico o incluso fúngico. Las conjuntivitis hay que tratarlas adecuadamente (no es lo mismo, por ejemplo, una clamydiasis en gatos que un herpesvirus)”, comenta Javier Álvarez de la Villa que asegura que “si se equivoca el exacto tratamiento etiológico, la dolencia puede progresar y agravarse”.

Ojos de gato

Un caso frecuente en gatos son los herpesvirosis. Los veterinarios la diagnostican mediante una prueba de P.C.R. en lágrima. Además del aspecto dendrítico de sus úlceras corneales o de su queratitis refractaria , las tratan muy específicamente con agentes antivíricos (Ganciclovir, indoxuridina,trifluridina). De no proceder de esta manera la dolencia lejos de mejorar, podrá empeorar. Vemos pues que el diagnóstico, como siempre, es prioritario.

Pero seguimos con el ojo rojo, que es un signo de alarma que nos avisa que algo va mal. Hemos repasado que tras este cambio de color podría subyacer un glaucoma o una uveítis o diferentes tipos de conjuntivitis pero no finaliza ahí, y podremos encontrarnos con cuerpos extraños (muy frecuentes las espigas y restos vegetales adquiridos en el campo), pestañas o cilios ectópicos, que, al estar mal colocados, rozan, produciendo irritación crónica, parásitos a modo de pequeñas larvas que recorren la conjuntiva y están en auge últimamente en España (como la thelazia) mala colocación de los parpados (entropión y ectropión), ojo seco y un largo etc. Podríamos estar hablando mucho sobre el ojo rojo. Pero lo mismo pasa con la secreción lacrimal o el tamaño pupilar o el blanquecino color de la pupila o la pérdida de visión. Todos estos síntomas encierran muchas posibilidades patológicas y por supuesto terapéuticas.

Ojo seco

A todos los que tenemos mascotas un ojo con legañas nos llama comúnmente la atención. Normalmente los ojos producen lágrima en una cantidad y calidad adecuada. Los párpados la extienden. Dicha lágrima lubrica y protege la superficie ocular y corneal. Se comprende entonces que una disminución de la producción lacrimal puede originar graves prejuicios en su mascota. A esto lo llamamos “Ojo seco”.

En el Centro Veterinario Víctor de la Serna emplean el test de Schirmer que consiste en que con un papel milimetrado constatan lo que se humedece en un minuto y ha de ser superior a 8 mm. De no ser así, el ojo producirá legaña, un exceso de producción de mucina que intenta proteger la sequedad. El ojo seco ha de ser diagnosticado y tratado. Los veterinarios intentan restaurar la producción lacrimal mediante agentes tales como la ciclosporina, tacrolimus, además del apoyo de lágrimas artificiales etc. Con la paciente colaboración del propietario se obtienen muy buenos resultados. De no ser así el ojo y sobre todo la córnea perderá la transparencia tras un proceso de neovascularización, infiltración y pigmentación, perdiendo el ojo o la función visual.

Como se puede ver detrás de un síntoma pueden florecer muy diferentes diagnósticos, causas, pronósticos y tratamiento. Imagínense pues la complejidad y amplitud del tema.

Enfermedades congénitas

Hemos creado razas a capricho. Desde el chihuahua al mastín napolitano pasando por el sharpei y el chowchow. Hemos subdividido de manera artificiosa una especie en cientos de razas tan dispares, como simpáticas, y tan sofisticadas como delicadas. En este sentido corremos el riesgo de casi llegar a crear subespecies (no estamos tan lejos). Nuestro veterinario consultado nos cita algunas patologías oculares derivadas de la caprichosa acción del ser humano: La hipoplasia coroidea del Collie, el síndrome uveodermatologico del Akita, el quiste dermoide del Dálmata, las cataratas del Caniche, la úlcera indolente del Bóxer y un larguísimo etc. Los perros mestizos no tienen este problema. En ellos la ley genética del vigor de los híbridos actúa protegiéndolos y haciéndolos más resistentes.

Cuiden el ojo de sus perros, gatos, manténganlos limpios con un tenue lavado de solución fisiológica salina, eliminen cuidadosamente las legañas con una gasa humedecida, vigilen que los ojos aparezcan límpidos, abiertos, no enrojecidos y si no es así acudan a su veterinario pues los problemas cogidos a tiempo siempre se curan de manera más eficaz y simple.

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