Libro de Familia, 100 años de historia de la evolución del matrimonio

El régimen de Franco lo utilizó con fines morales y las madres solteras no lo obtuvieron hasta 1981

EFE
Laura Daniele

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El Libro de Familia ha formado parte durante más de un siglo de los archivos de casi la totalidad de las familias españolas. «Es el compendio de la historia de un matrimonio y también un registro de cómo ha ido evolucionando la concepción de la familia en España», explica Alberto Calvo Meijide, profesor titular de Derecho Civil en la Universidad CEU San Pablo.

Fue creado el 15 de noviembre de 1915 mediante una ley firmada por Alfonso XIII. Los primeros se repartieron semanas antes de que terminase ese año y costaban una peseta. El juez o su delegado entregaban un ejemplar a los recién casados con los datos registrales relativos al matrimonio celebrado. En él también se anotaban posteriormente las actas de nacimiento de los hijos y las de defunción de éstos y de los propios cónyuges.

A partir de 1940, el Libro de Familia comenzó a llevar las fotos del esposo y la esposa en tamaño carnet colocadas a ambos lados de la doble página de la inscripción del matrimonio. La moda se pasó y a partir de 1960 la inclusión de las imágenes dejó de ser obligatoria.

Durante el régimen de Franco, este documento comenzó a utilizarse por primera vez con fines de control. «Los solían pedir en los hoteles a las parejas jóvenes para comprobar que estaban debidamente casados», recuerda el profesor. Durante esa época también se añadieron a este documento datos relacionados con la actividad laboral o profesional de los cónyuges. Esa información era reclamada obligatoriamente por el régimen a la hora de reconocer el derecho a percibir determinados subsidios familiares.

Sin embargo, esa «nunca» fue la finalidad del Libro de Familia, explica Calvo Meijide. Su objetivo era «evidentemente práctico al hacer constar los datos registrales» de todos los miembros de la familia.

Las madres solteras tuvieron que esperar hasta 1981 para poder obtener su Libro de Familia en el que constara la filliación de los hijos naturales. La aprobación del matrimonio homosexual en 2005, supuso otro gran cambio. Las líneas en donde deben figurar los nombres de los contrayentes van desde entonces precedidas de «D./Dª» (don/doña). Esto permite su utilización por parejas del mismo o distinto sexo.

La nueva ley de Registro Civil aprobada en 2011 y cuya entrada en vigor ha sido prorrogada en varias ocasiones supone otra importante modificación, ya que prevé la desaparición de este documento. Los datos registrales de la familia dejarán de existir como tales en el Libro de Familia para pasar a ser datos individuales y telemáticos. La persona al nacer recibirá un código alfanumérico en el que se irán inscribiendo todos su datos de filiación, matrimonio, defunción, tutela o representación legal. «En la nueva ley de registro civil la familia es una institución bastante disminuida. Cada uno es cada uno y el matrimonio tiene una valoración menor. El registro pasa a ser individual y personal», explica el profesor Calvo Meijide.

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