¿Quién cuida de los padres y de las madres?

Madres y padres sufren cuando se encuentran en situaciones de conflicto con sus hijos, y si además ya han intentado distintas medidas correctoras que no han funcionado, suelen preguntarse - generalmente con miedo y ansiedad" Lo hemos intentado todo ¿qué hacemos ahora? ¿cómo debemos actuar? ¿en qué nos hemos equivocado? ¿qué le pasa a nuestro hijo?".

En otras ocasiones, sobre todo si la angustia se instala en la familia, los reproches y la búsqueda de culpables aparece: papá, mamá, el colegio, el hijo, el TDAH, etc. y la situación corre el riesgo de cronificarse. perpetuarse o bien complicarse cada vez más. Es importante tener en cuenta que no nacemos sabiendo ser padres, cada hijo es diferente y lo que funcionó para uno no tiene porqué servir para otro.

Cada hijo nos enseña -de nuevo- a ser padres.

Los niños sienten vergüenza, miedo, inseguridad, tristeza, incertidumbre; pueden tener problemas en clase o sufrir el llamado "bullyíng" o acoso escolar. Y, de una u otra manera, lo expresan en casa de la forma más variada: rabietas, testarudez, desafíos, provocaciones, inhibiciones,hiperactívidad, fracaso escolar, problemas de atención, etc.

La hiperactividad y la falta de atención son los comportamientos más habituales en un niño cuando sufre un conflicto de cualquier índole. Son la consecuencia, pero no es la causa del problema, cosa que a menudo no se tiene en cuenta. Los niños expresan sus emociones con su comportamiento, ya que todavía no lo pueden hacer con palabras como normalmente hacemos los adultos. Incluso muchos adolescentes son más infantiles que cuando eran niños.

El trabajo del médico consiste, muchas veces, en mostrar a los padres lo que no conocen o no han visto en sus hijos. Ayudamos a comprenderlos, a ver qué les pasa, cómo abordarlo con ellos en el ámbito familiar y cómo hablarles para salir del atolladero.

Cuando se toman las medidas oportunas y se logra entender qué pasa realmente, el alivio llega poco a poco y con ello la tranquilidad y la armonía que, por alguna causa, se perdieron.