José Antonio Bellido en la cima grande de Lavaredo, en los Dolomitas
José Antonio Bellido en la cima grande de Lavaredo, en los Dolomitas
MORÓN DE LA FRONTERA

El rey español de las alturas, en el top ten mundial de paraescalada

José Antonio Bellido superó un accidente y se coloca en la élite mundial

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«El cielo es el límite», un lema que podría ser el eslogan de cualquier marca deportiva, parece una filosofía de vida si se le pregunta a Juan Antonio Bellido. Este moronense es un apasionado de la escalada. De hecho, le gusta tanto que siempre ha estado dispuesto a conseguir superar más y más retos.

Mal no le ha ido, desde luego: el año pasado, en Barcelona, se proclamó campeón de España de paraescalada. Un año después, en Zaragoza, revalidó el título que defendía con solvencia.

Y, sin apenas tiempo para celebrar el galardón, Bellido subía otra vez al cielo, en un avión, rumbo a París, donde se celebró el pasado fin de semana el Campeonato del Mundo de escalada.

Mientras el resto de vecinos estaba celebrando la feria, él lograba convertirse en el sexto clasificado de la competición más importante en esta disciplina.

Esto le convierte en un talento destacado en este deporte. Y aunque admite que todo es el resultado de un trabajo muy duro y exigente, Juan Antonio Bellido nunca pensó que llegaría tan lejos. «A mí de siempre me ha gustado la montaña. Primero mi abuelo me llevaba mucho por la Sierra de Grazalema, y luego me iba con mi tío y con mis amigos a hacer senderismo conforme fui creciendo», recuerda, «pero cuando llegaban las dificultades, nos solíamos volver».

No obstante, Bellido afirma que él «siempre quería más», por lo que se especializó con un amigo. Aquello fue en el año 2002, en la Sierra de Morón de la Frontera, pero no tuvo continuidad: un accidente le dejó fuera de juego durante dos años. «Había empezado con un amigo, pero tuve un accidente y dejé de escalar», afirma, «pero cuando me recuperé pude retomar la actividad y no he dejado de escalar desde entonces».

Esto le añade más mérito aún, ya que ese accidente casi le cuesta su pierna izquierda. No le impidió seguir realizando escalada, pero sí otros deportes.

Fue entonces, al retomar la disciplina, cuando empezó a competir de forma profesional. Su primera gran prueba fue en Madrid. «No fue un campeonato en sí, sino una prueba para seleccionar a tres participantes para que pudiesen ir al Campeonato del Mundo», en el que hizo un buen papel, logrando un sexto puesto que este año ha igualado.

Desde entonces, el éxito le ha sonreído, algo para él inesperado. «Nunca imaginé que llegaría a ser campeón de España», confiesa, y admite que el verdadero motivo que le llevó a entrar en las competiciones fue «el hecho de conocer a más gente que practicase la escalada y que, además, tuviese algún tipo de discapacidad», comenta a ABC Provincia.

El hecho de que tuviese esa discapacidad no solo no le ha impedido competir, sino que parece haberle dado más fuerzas para conseguir grandes metas. Y todo trabajando en solitario, con mucho esfuerzo y sacrificio, pero gran pasión. «Ahora mismo trabajo en solitario, pero durante un tiempo he tenido a uno de los mejores entrenadores del mundo».

Esa sociedad tuvo que terminar porque, aunque es un campeón, «trabajo ocho horas diarias y no podía llevar ese ritmo». Aun así, la experiencia acumulada a lo largo de estos años, unida a su disciplina, le sirven para seguir dándolo todo. «Soy muy estricto conmigo mismo en los entrenamientos», reconoce. La escalada en Morón debe mucho a los recursos naturales de la zona. «Somos unos privilegiados para poder entrenar en casa, para la escalada de roca», afirma Bellido.

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