El color de las aguas delata la existencia de un vertido en el río Guadaíra
El color de las aguas delata la existencia de un vertido en el río Guadaíra - A. M.
Medio Ambiente

Con la lluvia llegan los vertidos al río Guadaíra: un nuevo vertido de alpechín, el caso más reciente

Ecologistas denuncian el olvido del programa de recuperación del río

Alcalá de Guadaíra Actualizado: Guardar
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La tónica habitual se mantiene.Se anuncian tormentas y llegan los vertidos al río Guadaíra. Desde antes incluso de que empezara a llover estos días ya podía apreciarse una sustancia contaminante en el río que la Plataforma Salvemos el Guadaíra estima que se trata de alpechín.

Esta sustancia es el residuo de la elaboración de aceitunas. Las principales empresas del sector en la comarca tienen eliminado el problema y no realizan vertidos, pero siguen produciéndose posiblemente por parte de pequeñas almazaras. Al anunciarse lluvias aprovechan para verter y que el incremento de la corriente disimule los vertidos. Pero la contaminación queda en el río.

En esta ocasión los ecologistas afinan en el origen del vertido. Según explican el Guadaíra tiene varios tramos de cauce seco río arriba.

Zonas de entre 30 y 40 metros por las que no discurre el agua. Por ello consideran que este vertido debe proceder del arroyo Salado, con lo que el lugar en el que buscar a sus autores se reduce. Salvemos el Guadaíra ha denunciado los hechos al Seprona.

Para este colectivo, el nuevo episodio de contaminación confirma que el río se sigue usando como «cloaca» con las graves consecuencias ambientales que eso supone. Pero frente a esta situación encuentran que las administraciones desprecian el problema, ya que consideran que ni siquiera existe. La Plataforma explica que tanto la Consejería de Medio Ambiente como la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y los ayuntamientos mantienen que el Guadaíra está recuperado. Han dado por finalizado el programa coordinado para su recuperación, mucho antes de cumplir con los objetivos que planteaba. De esta forma, ni siquiera les queda la esperanza de que haya acciones que mejoren el río.

El programa coordinado se dividía en dos partes. El Guadaíra Blanco con acciones en materia de calidad de las aguas, cuyo cumplimiento desmienten la existencia de vertidos; y el Guadaíra Verde que planteaba como objetivo final la creación de un corredor verde en toda la extensión del río y la recuperación de todo el patrimonio asociado al río, con amplias acciones de reforestación y con la creación de áreas de ocio. En este caso las acciones se limitan prácticamente al tramo urbano de Alcalá, donde se han realizado importantes medidas en este sentido, pero donde también queda trabajo en este apartado.

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