12 de octubre

Desconozco la bandera a la que le tocará ondear mañana, 12 de octubre, en la Plaza de Sevilla. Lo lógico sería que, dado que se celebra la fiesta nacional, fuese la española; aunque, recordando las críticas del pasado año y las decisiones tomadas ya por algunos ayuntamientos, cualquier cosa es posible. Y si lo lógico es que sea la bandera española la que se eleve en el mástil, lo ideal sería que la acompañasen las de los países americanos. Como también sería deseable que Cádiz, la más americana de las ciudades españolas, tuviera un especial protagonismo en una fecha que debería acercarnos en lugar de confrontarnos.

Este lunes Nueva York era toda una fiesta; se celebraba el Descubrimiento de América con la Columbus Parade, una festividad oficial en la que la 5ª Avenida queda literalmente colapsada por un despliegue de color y diversidad americana en la más cosmopolita y multicultural ciudad del mundo.

No, no fueron los españoles los inductores del ya tradicional desfile; fueron los italianos los que, sin ningún tipo de complejo, decidieron, hace más de un siglo, hacer valer su protagonismo en el encuentro entre el viejo y el nuevo mundo; al fin y al cabo, o al menos eso dicen ellos, Colón era genovés. De hecho, el 12 de octubre es una festividad en la mayoría de los países americanos, aún cuando varíe, dependiendo del momento político, el término con el que se denomine la celebración. Día de la Raza en México o Colombia; Día de la Resistencia Indígena, en Venezuela; Día de las Américas, en Uruguay; Día de la Hispanidad en El Salvador o Día del Encuentro entre Dos Mundos en Chile, entre otros muchos. Incluso Haití, ese país sin raíces hispanas y que, desgraciadamente, tan pocas cosas tiene que celebrar, marca en su calendario oficial el Día del Descubrimiento; de hecho, suelen decir por allá que fueron los arawaks los que descubrieron a esos europeos perdidos por el Caribe un 12 de octubre de 1492.

En España, la fiesta empezó a celebrarse a finales del siglo XIX, con ocasión del IV Centenario, una vez que se fueron restableciendo progresivamente las relaciones con las nuevas repúblicas hispanoamericanas que se habían independizado ese mismo siglo. El carácter oficial de la festividad data de 1918, como Día de la Raza, término luego sustituido por el propuesto por Ramiro de Maeztu a finales de la década de los años 20, el de Hispanidad, hasta que en 1978 pasa a denominarse Día de la Fiesta Nacional. Me decía un amigo dominicano, a raíz de la celebración del Día de la Identidad Nacional, también un 12 de octubre, que sus nombres y frutos son taínos, que el merengue no existiría sin los ancestros africanos y que de España recibieron el idioma que les une al resto de los americanos y el haber despertado a los ojos del mundo. Posiblemente, la celebración de la fiesta nacional y el 524 aniversario del Descubrimiento de América pase mañana en Cádiz sin pena ni gloria. Lástima porque en Cádiz se reunieron, por última vez y antes de su independencia, los representantes de los que en su momento fueron los españoles de uno y otro lado del Atlántico. Y Cádiz sería también el lugar idóneo para celebrar, todos los años, el redescubrimiento permanente y mutuo de todos los que integramos el mundo hispano.