La República devora a sus hijos
Un día de lo menos épico, con caras de funeral, después de votar en secreto con el hemiciclo semivacío. Habían entregado su alma en una urna
Cuando el fervor independentista rodeó la plaza de Sant Jaume para rechazar una eventual convocatoria de elecciones en Cataluña, Carles Puigdemont dio un paso para delante y otro para atrás . Se dio cuenta de que la maquinaria independentista «minuciosamente diseñada y franqueando toda clase de barreras» que había puesto en marcha era imparable. La República devoraba a sus hijos. La presión también la ejerció el sector mayoritario de ERC liderado por Marta Rovira. Oriol Junqueras lo asumió como propio y aseguró a la agencia Associated Press, que trabajarían «para construir la República». «Entendemos que hay un mandato democrático para sustentarlo».
Esa orden divina les hizo asaltar el Parlament. Un día de lo menos épico, con caras de funeral, después de votar en secreto con el hemiciclo semivacío. Habían entregado su alma en una urna. Els Segador sonó a réquiem. Junqueras ofició el acto y como si fuera el máximo pontífice de esa República fallida, pidió tranquilad, porque los independentistas actúan «de buena fe, con estima a todos», apelando a la «igualdad a ojos de Dios». La Justicia les ha mostrado que son iguales ante la ley .
La jueza Carmen Lamela aduce en su auto delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos para decretar la prisión incondicional para Oriol Junqueras y siete exconsellers. Por haber ejecutado como una obsesión una hoja de ruta para alcanzar la independencia y la configuración como Estado propio, «desobedeciendo sucesiva, sistemática y frontalmente todas y cada uno de las decisiones del Tribunal Constitucional» .
Esto no es una decisión por votar ni por colocar urnas de plásticos el 1-O. Es por un plan que culmina en el pleno del 27 de octubre para aprobar una ruptura con España unilateralmente. Y fue clave el papel activo de «todos los querellados desde sus cargos públicos impulsando el proceso soberanista». Se excusan de que no han «propugnado autos violentos» . ¿Acaso no es de una violencia soterrada dividir a la sociedad catalana en dos por un mandato exclusivamente de una parte del electorado? ¿Rompiendo con la legalidad constitucional en un viaje a ninguna parte?
Es un ejemplo de ese doble juego de declarar sus acciones como democráticas cuando son contrarias a la legalidad. En prisión preventiva también está el presidente de la Comunidad de Madrid por riesgo de fuga . Por saltarse la ley. Por cohecho, prevaricación, fraude, malversación, corrupción en los negocios, organización criminal, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y delito contra la Hacienda Pública. ¿Esperaban que proclamar la República era gratis? ¿Crear estructuras de Estado con las arcas catalanas malversando millones de euros no tenía consecuencias?
Los que se inventaron el lema de que «España nos roba» , ni más ni menos que 16.000 millones de euros al año, son los que han esquilmado a Cataluña en su delirio secesionista. Igual que su espejismo económico, afirmaban que la Unión Europea no podría prescindir de ellos, que ninguna empresa abandonaría Ítaca, cuando su República no ha sido reconocida por nadie y desde el centro de Europa califican el espectáculo como un circo.
Si Puigdemont se fue vía Marsella hasta Bruselas mientras subía una imagen como si estuviera dentro del Palau de la Generalitat, ¿no indica que pueden huir en cualquier momento? Ahora se demuestra que el presidente a la fuga es uno de los motivos que los ha llevado a entrar en un furgón de la Guardia Civil camino de la cárcel. Y volverán a construir el relato del Estado opresor , avergonzándose, como dice Pablo Iglesias, de «que en mi país se encarcele a opositores», pero no del precipicio abierto por los independentistas.
Continúan días difíciles.
