Editorial ABC

Grave irresponsabilidad en El Prat

Tras el rotundo fracaso de la Generalitat para resolver el conflicto, corresponde al Gobierno fijar un laudo que solvente la situación

Efectivos de la Guardia Civil trabajan en los accesos a las puertas de embarque del aeropuerto de El Prat EFE

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La abusiva e insensata actitud que han demostrado los vigilantes de seguridad del aeropuerto de El Prat en las últimas semanas culminó ayer con el rechazo mayoritario de los trabajadores a la propuesta de mediación que planteó la Generalitat para poner fin a este conflicto laboral. La asamblea de trabajadores de Eulen rechazó por una amplia mayoría la subida salarial de 200 euros mensuales en 12 pagas que estaba dispuesta a abonar la empresa, ratificando así la negativa que ya manifestaron en la votación del pasado jueves. De este modo, la plantilla mantiene la huelga indefinida de 24 horas que da comienzo hoy, coincidiendo con las fechas de mayor tráfico aéreo del año en Barcelona, mientras que el Gobierno se verá obligado, por tanto, a activar todas las medidas previstas por el comité de crisis para garantizar la seguridad y el orden público en el aeródromo mediante una mayor presencia de la Guardia Civil en los filtros de seguridad y, en última instancia, la imposición de un laudo arbitral que resuelva al fin esta disputa.

El mantenimiento de la huelga, al igual que la estrategia de negociación desplegada desde el inicio por los sindicatos de Eulen, constituye una grave irresponsabilidad por múltiples motivos . En primer lugar, porque la subida salarial del 18% que se ha llegado a ofrecer no está al alcance de ningún colectivo y, de hecho, supone un aumento extraordinario dentro de este tipo de negociaciones. En segundo término, porque el principal objetivo de los representantes sindicales nunca fue alcanzar un acuerdo mutuamente aceptable y beneficioso, sino generar el mayor daño posible para lograr todas y cada una de sus reivindicaciones, lo cual, más que una huelga, supone un chantaje. Prueba de ello es que la empresa incrementó su propuesta inicial en un 600 por ciento , mientras que los trabajadores tan solo rebajaron sus pretensiones un 10. Además, a pesar de que hasta ahora solo se convocaron paros parciales y se fijaron unos servicios mínimos del 90 por ciento, las colas y retrasos han sido constantes en los últimos días debido a la ilícita e inaceptable huelga de celo que ha protagonizado la plantilla, con oleada de bajas médicas incluidas para neutralizar los refuerzos de la compañía. En tercer lugar, porque desvirtuaron la votación del pasado jueves, incluyendo otras tres opciones además de la propuesta de mediación de la Generalitat , lo cual es inédito en este tipo de procesos. Y, por último, porque los sindicatos han utilizado en todo momento a miles de pasajeros como rehenes para la consecución de sus fines, provocando molestias y un importante daño a la imagen exterior de España como destino turístico. Tras el rotundo fracaso que ha obtenido la Generalitat para resolver el conflicto, ahora corresponde al Gobierno minimizar los efectos de la huelga y fijar un laudo que solvente la situación, cuidándose de que sus condiciones sean cumplidas por empresa y trabajadores.

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