Fotograma de la película «La dama de oro»
Fotograma de la película «La dama de oro» - ABc

Helen Mirren: «Cada vez que se hace justicia se gana una batalla»

La actriz interpreta en «La dama de oro» a la mujer que luchó por recuperar el famoso cuadro de Klimt robado por los nazis

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Gustav Klimt afirmó que «la verdad es como el fuego, decir la verdad significa brillar y quemarse». Tal vez al hablar de la verdad el prolífico pintor austriaco pensaba en Adele Bloch-Bauer, la musa a la que envolvió de metal precioso en su famoso retrato «La dama de oro», inspirado en los mosaicos bizantinos de Rávena. Los expertos consideran a esta pintura la obra maestra del autor, y el Museo Belvedere de Viena, mientras la tuvo, la bautizó como la Mona Lisa austriaca.

Hoy el retrato cuelga en las paredes de la Galería Neue gracias al heredero del imperio cosmético Ronald Lauder, que se lo compró a Maria Altmann, sobrina de Adele, por 135 millones de dólares en el 2007.

Inspirada en los contratiempos que esta obra sufrió desde su concepción, se estrena en España la película «La dama de oro», dirigida por Simon Curtis («Mi semana con Marilyn»). La incansable Helen Mirren protagoniza en pantalla este filme donde da vida a la sobrina de Adele Bloch-Bauer, Maria Altmann, la octogenaria que peleó contra el Gobierno austriaco junto al abogado Randy Schoenberg, interpretado por el actor Ryan Reynolds, reclamando lo que era suyo.

«La Mujer de oro» llega a las emociones por los errores del pasado, el robo de arte y las atrocidades nazis, al mismo tiempo que se desarrolla una relación maternal entre los protagonistas. «Ambos personajes atraviesan su propia odisea. Maria tiene que volver a Austria, mientras que Randy entra en contacto con sus raíces hasta sentirse agobiado. Al principio de su aventura él piensa en el dinero, en ganar el caso. Pero poco a poco eso se vuelve algo insignificante», aseguró Ryan Reynolds.

En la rueda de prensa promocional, Helen Mirren explicó la naturaleza de la historia de Altmann: «Se trata de justicia. A mucha gente en conflictos similares no se les ha hecho justicia y cualquier momento en el que se hace justicia es una gran batalla ganada». Mirren confesó haber investigado en profundidad su personaje visualizando cientos de películas sobre las deposiciones de Altmann en los juzgados y leyendo libros sobre los robos de los nazis: «Yo también quería hacer justicia al papel que iba a representar». La actriz, gran dama británica ganadora de un Oscar por su interpretación de la Reina Isabel II, es hija de inmigrantes rusos, pero admitió que la comparación con el papel de Maria termina ahí: «A nosotros nadie nos echó de casa, nadie nos robó los cuadros, ni los objetos de valor, nadie quiso deshacerse de nuestra cultura. Los nazis asesinaron a la mitad de la familia de Maria Altmann y a nosotros no nos ocurrió eso», aseguró emocionada.

Un héroe oculto

El retrato Adele Bloch-Bauer I, al que los nazis cambiaron el nombre por el de «La dama de oro» (por no mantener su nombre judío), fue robado en 1928 y adquirido ilegalmente por el Museo Belvedere de Austria. El museo fue su hogar durante cincuenta años, hasta que el Gobierno austriaco instituyó una ley para restaurar lo robado a los judíos y Maria Altmann decidió pelear por su herencia.

El legado de Klimt, que por cierto estudió en la escuela de arte de Viena donde Adolf Hitler fue rechazado, representa una época cuando Austria era el corazón cultural de Europa. Allí vivieron los Altmann y los Schoenberg, pues el abogado es nieto del compositor austriaco Arnold Schoenberg, un hombre que creció oyendo las historia de Maria Altmann, la mejor amiga de su abuela. «Cuando fuimos a la corte Suprema de Estados Unidos nadie pensaba que teníamos ni la más mínima oportunidad de ganar», dijo el abogado en la presentación de la cinta en Los Ángeles. Reynolds, acostumbrado a interpretar al héroe en pantalla, confiesa que Schoenberg es el héroe más real que ha representado en su carrera: «Él lo perdió todo por pelear este caso. En ningún momento adviertes que sea un guerrero hasta que te demuestra que lo es. Maria depositó toda su fe en él».

«La dama de oro» es una lección de historia para muchos necesaria. «Creo que es necesario mantener viva la historia para las nuevas generaciones. Hay una frase en la película que me impresionó -«la gente olvida, especialmente los jóvenes»- y es cierto. Estamos perdiendo a la generación que lo vivió en primera persona. El dolor y el trauma fue tan profundo que muchos no pudieron hablar de ello durante años. Es ahora, al final de sus vidas, cuando son capaces de articular lo que les ocurrió. Lo recuerdan y lo viven una y otra vez», terminó diciendo Helen Mirren.

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