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Actuar contra el cambio climático promueve una sociedad más benevolente

Los Gobiernos deberían presentar los beneficios derivados de la mitigación del fenómeno. Y no intentar convencer a las personas de que se preocupen más por él, aconsejan los psicólogos

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La lucha contra el cambio climático ha dejado de ser prioritaria en muchos países, donde otras cuestiones como el desempleo, la corrupción o la crisis económica preocupan más a los ciudadanos. Un equipo internacional de científicos, que cuenta con la participación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ha descubierto una nueva estrategia para motivar a la población en la lucha contra el cambio climático: hablar de los beneficios sociales y económicos que tendrá en el futuro una sociedad con menos contaminación, informa la institución académica en una nota.

Para ello, realizaron entrevistas a más de 7.000 personas de 24 países, entre ellos España. «Hemos planteado a los participantes que piensen cómo será la sociedad en el futuro; si va a ser mejor o peor si no se actúa contra el cambio climático», explica Juan Ignacio Aragonés, investigador de la facultad de Psicología de la UCM y uno de los autores del trabajo, que se publica en Nature Climate Change.

El modelo contempla cuatro dimensiones de beneficios futuros. En el plano social se encuadran cuestiones de desarrollo (económico o científico) y disfunciones (mayor contaminación o incremento de enfermedades), mientras que el plano personal –referido al carácter individual de cómo serían las personas en la sociedad futura– se encuentran la benevolencia y la aptitud, informa la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Salamanca.

El desarrollo económico, el avance científico y ser una sociedad más solidaria (preocupada con su entorno y sus vecinos) fueron las variables que más motivaron a los participantes, que en su mayoría fueron estudiantes universitarios. No hubo diferencias entre las opiniones de hombres y mujeres.

«La creencia de que actuar contra el cambio climático promueve una comunidad más benevolente es un pensamiento universal que hemos encontrado en todos los países estudiados», asegura Yoshihisa Kashima, investigador de la Universidad de Melbourne (Australia) y otro de los autores del trabajo.

Rumbo a París (COP21)

Otra de las conclusiones del estudio es que los participantes reacios a la existencia del cambio climático también mostraron respuestas positivas cuando se planteaban los beneficios futuros de luchar contra el fenómeno.

Las entrevistas se realizaron entre junio de 2013 y julio de 2014, y se llevaron a cabo en once países con emisiones altas de carbono (Estados Unidos, Países Bajos, Rusia, Polonia, Alemania, Australia, China, Japón, Corea del Sur, Israel y Sudáfrica), nueve con emisiones medias (Reino Unido, Francia, España, Suecia, Noruega, Venezuela, México, Chile y Nueva Zelanda) y cuatro con emisiones bajas (Brasil, Suiza, Islandia y Ghana).

«En lugar de intentar convencer a las personas de que se preocupen más por el cambio climático, quizás actuarían si su mitigación produjera otros beneficios que sí les interesan», afirma Paul Bain, investigador de la School of Psychology and Counselling (Australia) y autor principal del estudio.

En vista de estos resultados, los científicos proponen a las administraciones públicas tenerlos a la cuenta a la hora de diseñar nuevas estrategias. También plantean que estén presentes en la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21), que arrancará en París el 30 de noviembre.

«Si las políticas gubernamentales y los mensajes se basaran en estos beneficios, probablemente ganarían mayor apoyo público», opina Bain.

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