¿Qué pasa si no usamos el coche con regularidad?

Tener el coche como una patena pero no hacerle los suficientes kilómetros con regularidad nos puede causar algunas averías importantes. Por eso si además de mantenerlo limpio tomamos algunas precauciones entonces sí nos puede durar muchos años.

¿Qué conviene revisar?

Uno de los primeros elementos que sufren por su inmovilidad son las ruedas. Si vamos a dejar nuestro coche mucho tiempo parado convendría apoyarlo en unos tacos para que no se deformen los neumáticos o, en su caso, aumentarles la presión en 1,5 kilos más de lo recomendado. De esta manera, la llanta no quedará plana y se deformará, lo que se traduce en vibraciones en la dirección y puede llegar a la pérdida de la banda de rodadura del neumático. Además, en la parte de las ruedas la oxidación de los discos de freno también nos pueden causar algún disgusto si necesitamos hacer un uso fuerte de ellos.

Otro de los elementos que más sufren por la falta de uso es el aire acondicionado. El gas que contiene el circuito debe circular con cierta regularidad y aunque mucha gente lo usa únicamente en verano en invierno es la mejor manera para desempañar los cristales.

También conviene abrir y cerrar las ventanas porque los elevalunas eléctricos tienden a encasquillarse si no se usan.

¿Y en el motor?

Dentro del capó, los más sufridores son los segmentos de los pistones. Estos son unos aros que aseguran que el émbolo comprima el combustible y reciba el empuje para transmitir el movimiento al cigüeñal. Si no los hacemos funcionar no se engrasan y entonces se pueden llegar a oxidar y partirse causando importantes daños, como el famoso gripado del cilindro.

También el circuito de refrigeración del motor también necesita movimientos de vez en cuando porque el líquido puede llegar a oxidar la bomba del agua o el termostato y llegar a obstruir los conductos. La consecuencia sería quemar la tapa del cárter cuando menos.

Además, si no hacemos funcionar el motor todas las juntas se puede resecar con lo que resulta fácil que se produzcan fugas peligrosas.

También la caja de cambios y los diferenciales necesitan aceite para mantenerse limpios y lubricados y evitar que se oxiden. Así como la cremallera de la dirección y la bomba, que por falta de uso son fácilmente dañables.