Las retenciones estos días son más comunes de lo habitual
Las retenciones estos días son más comunes de lo habitual
BMW

Estas son las causas de los accidentes más comunes en verano, evítalas

Llega el verano y muchos realizan su primer gran viaje, una de las causas, entre otras muchas, por las que aumentan los accidentes

Madrid Actualizado: Guardar
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Mayor número de desplazamientos, conductores inexpertos, despistes y fatiga son elementos que influyen de forma notable en las posibilidades de que tengamos un accidente en estos días de verano en los que muchos españoles cogemos vacaciones.

Además, a nuestros coches tenemos que añadir a todos aquellos que atraviesan nuestro país hacia otros destinos más los que nos visitan. En fin, muchos coches en la carretera y mayores probabilidades de accidentes.

Por eso, Fesvial nos recuerda qué tenemos que tener en cuenta antes de desplazarnos recordando aquellas causas que los facilitan y evitar en la medida de lo posible caer en ellas.

Evidentemente hay elementos como llevar el cinturón de seguridad, la velocidad, el alcohol, las drogas o el móvil sobre los que no haría falta volver pero conviene también recordarlos por los riesgos que siempre conlleva no cumplirlos

Viajes en grupo. En verano es frecuente realizar desplazamientos con familiares y amigos en varios vehículos. Cuando se da este caso, es frecuente que las conductas inapropiadas aumenten, por ejemplo, adelantar precipitadamente para intentar ir lo más juntos posible, pero si lo pensamos no hace falta ir uno tras otro constantemente.

Debemos tratar de llevar todo el equipaje dentro del maletero
Debemos tratar de llevar todo el equipaje dentro del maletero

Horario del viaje. Es un error muy frecuente medir los trayectos en tiempo y no en kilómetros, poniéndonos una hora fija de llegada al lugar de destino. Si esta previsión no se cumple, los conductores tienden a incrementar sus conductas de riesgo, aumentan la velocidad e intentan realizar adelantamientos más arriesgados.

Los momentos de mayor riesgo. No es necesario salir corriendo el último día de trabajo y después de haber madrugado para ir a trabajar. Podemos relegarlo al día siguiente habiendo dormido bien. Especialmente peligrosos son los últimos kilómetros del trayecto. Esto se debe a la acción acumulada de la fatiga y hechos, que pocas veces son mencionados, como el aplazamiento de necesidades fisiológicas hasta llegar al destino. Esto aumenta el estrés y precipita conductas de riesgo.

Alerta del conductor y fatiga. En un estudio realizado a 200 conductores, a los que se le pusieron electrodos para medir su actividad cerebral mientras conducían, se descubrieron varios detalles como que un conductor fatigado duplica el número de distracciones, aumenta su tiempo de reacción, comete más errores y mira los retrovisores y señales de tráfico cuatro veces menos que un conductor descansado.

Debemos alertarnos, si conduciendo, notamos que nos vamos hacia el centro de la carretera, nos movemos mucho en el asiento, se nos duermen los brazos, cambiamos la velocidad de manera innecesaria, notamos picor en la cabeza o no recordamos lo que ha pasado en los últimos kilómetros. Esto son síntomas claros y evidentes de que nos encontramos fatigados. Lo siguiente será el accidente.

Hora de mayor riesgo de accidente. Debemos evitar conducir entre las dos y las cuatro de la tarde y durante la noche. Entre las dos y las cinco de la madrugada y al amanecer, es cuando la posibilidad de sufrir un accidente es mayor. Los accidentes nocturnos suelen ser más graves que los diurnos, en parte debido a la pérdida de un 70% de visibilidad y en parte al sueño. Además, el rescate en caso de siniestro, es más complicado.

Objetos peligrosos en los asientos. Llevar en nuestro asiento un respaldo de bolitas, un cojín, una toalla, etc. puede ser fatal. Estos elementos favorecen el denominado “efecto submarino”: el conductor o pasajero pierde el apoyo con el asiento, deslizándose bajo el cinturón y estrellándose contra el salpicadero o el espacio de los pedales, obteniendo como resultado graves lesiones de espalda, pelvis, fémur y heridas internas de gravedad, lo que ocasiona los fallecimientos más dolorosos.

Tampoco debemos llevar la ventanilla del coche a medio abrir, en caso de accidente, el cristal puede convertirse en una guillotina mortal.

Cuando nos encontremos con un accidente no es necesario mirar y es un riesgo más
Cuando nos encontremos con un accidente no es necesario mirar y es un riesgo más

Atascos y retenciones. Es importante saber y prever que estos nos generan mucho estrés, alterando la atención y potenciando notablemente la agresividad. El momento de mayor riesgo se produce cuando se acaba la retención, todos queremos recuperar el tiempo perdido y aumentamos la velocidad.

Ponerse en cinturón en marcha. Según la OMS, el invento del cinturón es comparable a la vacuna. Este sistema de retención se ideó para ser manipulado con el coche parado. Ha sido comprobado que una de las causas más frecuentes de accidentes de tráfico, inexplicables por distracción y pérdida de control del vehículo, es ponerse el cinturón en marcha o intentarlo precipitadamente cuando vemos a la Guardia Civil o la Policía. No debemos olvidar que una distracción a 120 km/h significa recorrer 33 metros cada segundo y el impacto es como caer desde un 16º piso.

Discutir al volante. Muchos estudios reflejan que las situaciones de fuerte estrés como un divorcio, la pérdida de un ser querido o un despido laboral, pueden duplicar la posibilidad de tener un accidente grave. También sabemos que discutir durante la conducción supone un grave riesgo: altera la atención, incrementa el estrés y la agresividad, aumenta el tiempo de reacción y puede disminuir nuestra percepción del entorno en más de un 50 %.

Atención al vehículo que nos precede, siempre alerta. En las grandes salidas vacacionales, las retenciones son frecuentes y ello da lugar a alcances en cadena que, en ocasiones, llegan a ser brutales. Pudiendo ser muy graves si no se lleva correctamente el reposacabezas. Un golpe a 50 km/h ejerce una fuerza sobre nuestro cuello de 180 a 300 kg.

El “efecto mirón” ante un accidente o avería suele ser otro desencadenante de alcances. También los frenazos, de los vehículos que nos preceden, al ver un radar o una patrulla de la Guardia Civil es un gran factor de riesgo. El único modo de evitar estos accidentes es mantener una correcta distancia de seguridad.

Carreteras secundarias. Tras el incremento de autovías y autopistas, muchos han olvidado o directamente no saben cómo se conduce en las carreteras de segundo orden. En este tipo de vías el número de riesgos aumenta y son impredecibles, por ello requieren un extra de atención y alerta. De los peligros presentes en las carreteras secundarias destaca el del adelantamiento, una maniobra que cada vez se conoce menos y que es extremadamente peligrosa. En un choque frontal a 80 km/h, el riesgo de muerte es de un 70 %. Un dato preocupante es que casi un 20 % de los conductores reconoce acelerar cuando otro conductor trata de adelantarles.

Los conductores ocasionales. Un caso peligroso del que poco o nada se habla. Aproximadamente sólo el 53 % de los conductores utilizan el coche a diario. Siendo un 41 % los que conducen de forma ocasional. Estos conductores tienen un 40 % más de posibilidades de tener un accidente, durante el verano, debido a su falta de costumbre en el uso del coche y por su poca práctica ante situaciones de riesgo normales.

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