Alternativas baratas al coche y a la moto para moverse sin atascos y sin cansarse

Coger el coche en algunas ciudades como Madrid o Barcelona es, en algunas ocasiones, una locura. A los habituales embotellamientos se suman las crecientes restricciones por alta contaminación lo que, en conjunto, puede desanimar incluso al conductor más empedernido. A ello se suma que el transporte público, a veces abarrotado y habitualmente lento, no siempre es una alternativa ideal. Todo ello está dejando hueco a un nuevo tipo de aparatos que, sin ser automóviles, pueden cumplir su función, aunque de una forma diferente.

Así, bicicletas eléctricas o incluso Segways o patinetes eléctricos son cada vez más una opción a tener en cuenta en las grandes ciudades, gracias también al gran incremento de kilómetros de carril bici construidos durante los últimos años.

En 2015, último año con estadísticas al respecto, en la UE se vendieron 20,7 millones de bicicletas de todo tipo, de las cuales un 6,6% (1,35 millones) eran eléctricas. En España, la cifra fue muy inferior: de 1.104 unidades comercializadas, solo 25.000 (un 2,3%) tenían asistencia eléctrica, algo que ahora los fabricantes pretenden revertir.

En este sentido, marcas como Kymco o fabricantes de automóviles como Peugeot se han lanzado a idear productos que permitan dejar el coche o la moto a un lado y que nos ayuden llegar a al destino sin atascos y sin cansarnos. La última en sumarse ha sido la marca taiwanesa de motocicletas, que aprovechando el salón de la moto que se celebra hasta el domingo en Barcelona, Motoh!, acaba de presentar su nuevo plan estratégico que plantea centrarse en nuevas soluciones de movilidad.

Esta estrategia de Kymco se materializará en la presentación de tres modelos de bicicleta eléctrica de pedaleo asistido. España será así el primer mercado en el que la marca comercializará bicicletas eléctricas bajo su propia marca. Los nuevos modelos tendrán una autonomía cercana a los 90 kilómetros, y alcanzarán picos de velocidad de hasta 25 por hora.

Otras alternativas ya en el mercado son la Gocycle G3, que alcanza los 25 km/h y cuesta 3.999 euros, o la Lapierre Overvolt FS400, apta también para rutas de montaña y que cuesta 3.299,00 euros.

Por su parte, Peugeot ya comercializa su innovador patinete eléctrico e-Kick, desarrollado en conjunto con la empresa suiza Micro y que ABC ya ha podido probar en un entorno urbano. El e-Kick, de 8,5 kilos de peso, incorpora un dispositivo de asistencia eléctrica que funciona mediante una batería de iones de litio y un motor acoplado a la rueda trasera. El diseño ingenioso del aparato permite doblarlo y meterlo en cualquier maletero, para lo cual también se incluye una base especial e incluso un cargador para el coche, lo que lo convierte en un complemento diferente al vehículo tradicional por 1.100 euros.

Otras opciones más asequibles son el Raycool Spark 1000W, que por 339 euros incluye sillín y ruedas todoterreno, o el también plegable Jdbug ES112G, con una autonomía de 40 minutos y picos de velocidad de entre 13 y 15 kilómetros por hora por 249 euros.

Para los más aventureros, también existen los productos de la marca norteamericana Segway, un vehículo de dos ruedas con equilibrio asistido. Aunque existen modelos que alcanzan los 20 kilómetros por hora —y superan los 5.000 euros de precio—, el más recomendado para transportes urbanos es el Ninebot Mini Pro, que puede adquirirse por 700 euros. El Mini Pro alcanza los 18 kilómetros por hora y su autonomía ronda los 30 minutos. Además, puede controlarse con el móvil en modo no tripulado.

Sin embargo, para presupuestos más bajos, aunque también para usuarios más habilidosos, también existen los monociclos eléctricos, la última moda en movilidad urbana. Un buen ejemplo es el Woxter Smart Gyro X1, que puede adquirise en cualquier tienda de electrónica por unos 220 euros. Pequeño y manejable, alcanza una velocidad máxima de 12 kilómetros por hora y ofrece una autonomía de hasta 20 km, lo que lo convierte en una opción muy a tener en cuenta para dejar el coche a salvo en el garaje y mirar los atascos desde la barrera.