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BMW
E-Kick

Probamos el patinete eléctrico de Peugeot, el complemento más deseado para las zonas peatonales

Desarrollado de forma conjunta con Micro, tiene una autonomía de 12 kilómetros y alcanza los 25 por hora

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Casi una semana ha durado mi experiencia con el Peugeot e-Kick, el patinete eléctrico desarrollado entre Peugeot y la empresa suiza Micro. En sus 8,5 kilos de peso, el patinete incorpora un dispositivo de asistencia eléctrica que funciona mediante una batería de iones de litio y un motor acoplado a la rueda trasera. Un equipamiento que pretende minimizar el esfuerzo por parte del usuario y ofrece una autonomía de 12 kilómetros.

La marca pretende ofrecer el e-Kick como complemento al uso del coche, por ejemplo en atascos o cuando sea necesario desplazarnos desde el aparcamiento hasta el destino final. Para ello, el patinete se vende con una base especial que permite su acoplamiento y fijación en casi cualquier maletero, así como un cable de carga para alimentarlo sin sacarlo del coche, además de otro cargador de pared que permite recargarlo totalmente en una hora.

Estéticamente, el patinete es pintón, gracias a su color negro con toques de azul que le hace parecer como venido de un futuro no muy lejano y le convierte automáticamente en objeto de deseo de todo el que esté cerca.

El patinete tiene tres modos de conducción que se alternan si se pulsa repetidamente el freno
El patinete tiene tres modos de conducción que se alternan si se pulsa repetidamente el freno

Con el objetivo de hacerlo lo más portátil posible, Micro y el Peugeot Desgn Lab, el departamento encargado de los proyectos más disruptivos de la marca, han ideado un ingenioso diseño que permite plegarlo y llevarlo con facilidad. A la hora de guardarlo, el manillar se dobla para unirse con la plataforma. Parte de este también se pliega, formando una especie de asa que facilita su transporte, al permitir arrastrarlo usando la rueda delantera.

El mecanismo de apertura y pliegue está bien resuelto y resulta fácil de utilizar después de trastear con él durante unos pocos minutos, si bien resulta algo dificultoso accionar el asa que permite plegar y desplegar el manillar, ya que exige tirar de él con decisión.

Una vez desplegado, el conductor-patinador puede elegir entre tres modos de conducción, ECO, Estándar o Sport, que se activan pulsando cuatro veces el freno, de tipo clásico. Un freno, por cierto, que se complementa con un freno motor que además recarga la batería, y que conviene tener bien localizado porque, cuando el patinete acelera, acelera de verdad, llegando a alcanzar picos de 25 kilómetros por hora.

Eso sí, el motor eléctrico es más un impulsor asistencial que un propulsor, lo que significa que hay que darle bastante «zapatilla» —literalmente— para que el patinete corra, si bien en función de la posición del usuario sobre la plataforma ofrece más o menos apoyo. Sin embargo, el problema si nos pasamos de velocidad es la falta de amortiguación, ya que cada pequeño bache o la rampa de subida y bajada de un paso de cebra se deja notar por demás.

Todo ello desluce la pretendida función de utilizar el e-Kick como una solución de movilidad urbana complementaria al coche, si bien mantiene su atractivo como entretenimiento diferente, divertido y bien terminado.

Para aquellos que decidan hacerse con uno, Peugeot ofrecerá el e-Kick como complemento en las versiones más equipadas del 3008, aunque puede comprarse aparte por 1.100 euros bien a través de la marca gala como de Micro.

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