Jerez

El proceso tumoral acaba con la vida del tigre blanco del Zoobotánico

Ha sido sacrificado por veterinarios del parque jerezano tras empeorar de su enfermedad y no existir posibilidad de recuperación

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Se veía venir. Los responsables del Zoo, de hecho, ya dijeron la semana pasada que era cuestión de tiempo. Sucedió, finalmente ayer a las diez de la mañana. Horas después, el equipo veterinario de parque jerezano lo hacía oficial a través de un comunicado. En el mismo informaba de que se había procedido a «realizar la eutanasia humanitaria de Kiyosu».

Se trata del famoso tigre blanco que, desde prácticamente su llegada, se convirtió en uno de los animales más populares entre los visitantes del Zoo.

Empeoramiento

Según el informe del equipo veterinario, Kiyosu había empeorado «de forma alarmante» en los últimos días, «apareciendo nuevas metástasis tumorales que habían hecho que la herida no le haya cerrado. Además hubo infección concomitante, pérdida de peso y debilidad en cuartos traseros, así como falta de apetito en los últimos días, por lo que se consideró que, dada la imposibilidad de recuperarse del proceso tumoral, comprobando que no gozaba de las mínimas condiciones de bienestar y siguiendo las directrices del código deontológico, se decidió la solución adecuada al caso: proceder a la eutanasia del espécimen, evitando un mayor sufrimiento para el animal».

Kiyosu llevaba ya varias semanas en el interior de sus instalaciones viviendo sus últimos días con gran tranquilidad con el cuidado de veterinarios y cuidadores. El pasado 12 de septiembre, el felino tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, durante más de una hora, para extirparle un tumor de piel por parte del equipo formado por los veterinarios del parque, Luis Flores y Miguel Angel Quevedo, con la ayuda de Juan Cotilla, veterinario colaborador, y cuidadores del parque. Su recuperación fue buena, aunque tardó más tiempo de lo habitual en eliminar completamente la anestesia, debido a la insuficiencia renal que viene padeciendo y de la que viene siendo tratado desde hace tres años.

Nació en mayo de 1993. Llegó desde Japón en 1995, procedente de un zoo que, a su vez, lo recibió de un circo. Era totalmente blanco, casi sin rayas y con ojos azules; un majestuoso tigre que a veces se comportaba como un enorme gato lleno de ternura. Su nombre corresponde a una ciudad japonesa con la que Jerez está hermanada. El alcalde de la misma, de hecho, visitó hace años el Zoobotánico y ese día el tigre fue bautizado con el nombre de Kiyosu.

El blanco de su piel no se debía a albinismo, sino a una mutación. Desde su llegada a Jerez se convirtió en uno de los animales más populares entre los visitantes del Zoo, adaptándose muy bien a la vida en el mismo. Un ejemplo de ello ha sido la larga descendencia que ha dejado y que hoy viven en diferentes zoos de la geografía española.