Cabaña rechaza la oferta de Griñán y opta por mantener el poder en Cádiz

González Cabaña meditaba ayer en el Hotel AC Santa Justa de Sevilla su salida política de Cádiz justo cinco horas después de haber aceptado el cargo como secretario regional de Política Institucional en la nueva Ejecutiva de Griñán. El presidente de la Diputación, alcalde de Benalup y secretario provincial del PSOE repasaba entre sorbos de café la decisión de abandonar el ruedo político gaditano para instalarse en la trastienda del partido en Sevilla. Cabaña reflexionó en voz baja y a las nueve de la mañana hizo dos llamadas por el móvil: una a Luis Pizarro, hasta entonces vicesecretario regional del partido, y otra a Rafael Velasco, ahora la mano derecha de Griñán. Cabaña había cambiado de opinión en frío. No estaba dispuesto a renunciar a todos sus cargos en la provincia para ocupar un puesto en Sevilla y asumir además el cargo honorífico de senador autonómico. Su respuesta era «no». La decisión caía como un jarro de agua fría entre los 52 delegados gaditanos, presentes en el cónclave socialista.

Cabaña justificaba su decisión argumentando que «puestos a elegir, he elegido quedarme con los míos».

El rostro de Luis Pizarro en los pasillos del Palacio de Congresos de Sevilla reflejaban, entre otras cosas, preocupación por la 'espantá' de Cabaña. Pizarro ha sido una de las personas que ha preparado esta jugada política. Por un lado, se aseguraba en uno de los puestos clave de la nueva Ejecutiva a una persona de su confianza y, por otro, favorecía el cambio en Cádiz.

La provincia ha dado la nota en el congreso regional del PSOE, celabrado este fin de semana en Sevilla. El secretario provincial, Francisco González Cabaña, rechazó ayer la oferta de José Antonio Griñán para ocupar el puesto de responsable de Política Institucional en la nueva Ejecutiva del partido. Cabaña aceptó la propuesta el sábado de madrugada, pero dio marcha atrás horas después cuando meditó en frío que su entrada en el gobierno del partido le obligaba a renunciar a la presidencia de Diputación, a la Alcaldía de Benalup y a la secretaría provincial del partido. La decisión de Cabaña se ha presentado como la anécdota del congreso; sin embargo, sus consecuecias tienen una grave trascendencia política.

González Cabaña ha optado por mantener su poder absoluto en la provincia en lugar de ocupar el cuarto puesto en el organigrama del partido. Se ha cargado de un plumazo los planes de renovación que tenía previstos para Cádiz la dirección del PSOE de cara a las próximas elecciones de 2011.

El ascenso de Cabaña a la Ejecutiva andaluza formaba parte de una amplia estrategia para renovar el partido en la provincia. Es decir, Cabaña saltaba a la dirección regional y dejaba libres los cargos orgánicos del partido con el fin de favorecer el desembarco de los jóvenes cachorros. La salida de Cabaña obligaba entonces a convocar en la provincia un congreso extraordinario para designar a un nuevo secretario provincial. El nombre que estaba, y está, en la mente del presidente de la Junta y ya nuevo secretario regional del PSOE es el de la ministra Bibiana Aido. No hay que olvidar que Griñán trata por todos los medios de presentar para las elecciones municipales de 2011 un partido joven y renovado. Por ahora, esta pretensión tendrá que esperar.

La provincia ha pasado de cinco representantes en la Ejecutiva a cuatro con el rechazo de Cabaña. Una de las notas de cambio que ha introducido Griñán se aprecia en las caras gaditanas que integran algunos puestos del gobierno del partido. Cuenta con el joven roteño Rafael Márquez, que asume la secretaría de Vivienda, con María Colón, que se queda con la secretaría de Agricultura, y nombra vocales a la ministra Bibiana Aído y a la alcaldesa de Sanlúcar, Irene García. Cabaña ha frenado en seco la posibilidad de regernar el partido en Cádiz a corto plazo y su decisión ha desatado ahora una importante crisis en el seno del partido.

Algunos militantes consideran esta actitu de «traición» a Griñán.

La alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, se mostró ayer encantada con el congreso y negó que su aspiración fuera la de ocupar ahora la consejería de Cultura.