La presidenta de AfD, Frauke Petry, junto con el presidente regional del partido, Armin Paul Hampel
La presidenta de AfD, Frauke Petry, junto con el presidente regional del partido, Armin Paul Hampel - AFP

La ultraderecha alemana escenifica su política anti islam

Servicio militar obligatorio, expulsión de los refugiados y rechazo al feminismo. Estas son las premisas en que se basa el partido de extrema derecha alemán, Alternativa para Alemania (AfD)

BERLÍN Actualizado: Guardar
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Invitada por el Consejo Musulmán de Alemania, la presidenta de Alternativa para Alemania (AfD) Frauke Petry ha aprovechado hoy para escenificar la línea fundamental de su programa: «El Islam no pertenece a Alemania». Apenas los representantes musulmanes le hicieron el primer reproche, mencionando la similitud de sus proclamas con el Tercer Reich, Petry se levantó indignada y los dejó con la palabra en la boca.

Alternativa para Alemania (AfD) fue fundado para luchar contra los rescates europeos y, por extensión, para defender la salida de Alemania del euro o la disolución de la moneda única. Hasta la fecha de hoy mantiene esa finalidad, aunque la crisis de los refugiados le ha puesto en bandeja el argumento xenófobo, que es realmente del que saca partido en las encuestas.

En su reciente congreso en Stuttgart, AfD dejó fijado el que será su programa electoral para las generales de 2017 y con el que cosecha entre un 10 y un 15% en los sondeos. Ese programa incluye el cierre fronterizo y puntos a favor de la no admisión de refugiados, así como la expulsión de los que ya están en el país, además de la obligatoriedad de integración con criterios de idioma y escolarización y una restricción delas condiciones económicas en las que viven los extranjeros en Alemania, incluidos los ciudadanos europeos.

Un programa repleto de premisas

Pero no se quedan ahí. Su programa, que la presidenta del partido Frauke Petry resume en « una Alemania distinta a la Alemania rojiverde contaminada por la generación del 68», rechaza el pacifismo, el ecologismo y el feminismo, así como cualquier consideración a la corrección política, elementos todos ellos que lee como herencias del 68. AfD pone en duda el cambio climático y reclama prolongar la vida de las centrales nucleares.

Contempla como feminismo rechazable la nueva política familiar de la CDU, contraria a la que impero hasta la era de Helmut Kohl, cuando se consideraba a la mujer ante todo como ama de casa y se rechazaba la jornada completa en los colegios para facilitar su integración al mercado laboral. Se diría que quiere ser lo que fue la CDU hasta finales del siglo pasado, el partido de Helmut Kohl pero dejando completamente de lado su vocación europeísta. Retorna a un nacionalismo anti europeo que ya solamente evocaban en Alemania círculos abiertamente neonazis.

En cuestión de impuestos, establecerían subidas para los más ricos y eliminarían las ayudas sociales denominadas Hartz IV, de unos 400 euros al mes, para sustituirlas por «trabajos ciudadanos» de 1.00 euros por 30 horas trabajadas, al tiempo que reducirían los programas de reinserción laboral.

El programa incluye, además, volver a introducir el servicio militar obligatorio, intervención en la radio y televisión públicas y la defensa de la familia como matrimonio de hombre y mujer que debe tener al menos tres hijos. Llaman a esto «política de población activa» y desean acompañarla con rebajas fiscales a las familias que cumplan. En materia educativa, reclaman una menor presencia del periodo nazi en los libros escolares de Historia para eliminar «el culto a la culpa» y la eliminación a cualquier referencia a la homosexualidad o transexualidad en los colegios. En la calle quieren más presencia policial y mejor equipada.

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