Tony Blair aboga por otro referéndum ante la «catástrofe» del Brexit

Apple y Microsoft suben los precios de sus productos en el Reino Unido por la devaluación de la libra

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Tony Blair, el que fue primer ministro laborista británico entre 1997 y 2007, ha pedido a Theresa May que «deje abiertas todas las opciones» ante el Brexit y ha abogado entre líneas por un segundo referéndum. Además, llama a «movilizarse» a los 16,1 millones de británicos que votaron por la permanencia (17,4 millones eligieron el Leave). El Partido Conservador lo acusa de «buscar desesperadamente un modo de frustrar la voluntad del pueblo británico».

Blair hizo campaña activamente a favor de la permanencia. Incluso alertó de que el Brexit podría resultar muy dañino para la unidad del país. Ahora afirma que acepta el resultado de la consulta, pero recomienda «estudiar otra vez el Brexit cuando seamos conscientes de a dónde vamos».

Él parece tenerlo claro: el triunfo del «Leave» el 23 de junio fue «una catástrofe». Cree que es hora de tener en cuenta «las implicaciones reales en la vida diaria».

A sus 63 años, Blair parece estar inmerso en una operación de regreso a la política. Los indicios se acumulan. Primero anunció que cerraría casi por completo su consultoría, Tony Blair y Asociados, que le ha valido muchas críticas, por sus negocios de asesoría a regímenes de tétrico historial en derechos humanos y por su afán de enriquecerse. A comienzos de este mes, llegó otro paso. En sendas entrevistas con las revistas «Esquire» y «GQ» declaró que podría haber un lugar de nuevo para él en la política y que estaba sopesando volver tras diez años fuera.

En una entrevista este viernes en BBC Radio ha ofrecido más pistas. Cree que el giro que ha tomado el Partido Laborista con Corbyn «ha convertido a millones de personas de centro en indigentes políticos, que se han quedado sin hogar, atrapados entre el Brexit duro tory y la izquierda dura laborista». A su juicio son dos visiones antiguas, «de los años sesenta».

En su día, Blair fue un exitoso reformista de centro y un encantador de serpientes infalible en las urnas. Enlazó tres mayorías absolutas, la última lograda incluso tras su controvertida alianza con Bush en la invasión de Irak. ¿Podrá revalidar diez años después y con todo lo que ha llovido éxitos lejanamente similares? Parece muy difícil, porque hoy el país es otro. A su favor juega que tras la publicación del esperado informe Chilcot sobre la guerra de Irak, el capítulo más turbio de su biografía política parece quedar zanjado. Chilcot fue muy duro con él, pero el trago ya ha pasado.

La operación regreso incluye también un artículo en el semanario británico proeuropeísta «New European». En el pide a quienes votaron Remain que se movilicen contra el Brexit. «Nosotros somos ahora los insurgentes, debemos organizarnos y movilizarnos». Su argumento es que, aunque ganó el «Leave», no se puede ignorar por completo el punto de vista de los 16 millones de británicos que votaron «Remain», tal y como está haciendo May. «Tiene que haber algún modo, en el Parlamento, con unas elecciones, o posiblemente en otro referéndum, para que los que no quieren irse expresen su punto de vista».

Efectos sobre el bolsillo

Mientras tanto, los efectos del Brexit se van notando en el bolsillo de los consumidores. Esta semana, dos gigantes informáticos estadounidenses han comenzado a repercutir en las tiendas los efectos de la devaluación de la libra, que se ha depreciado un 16% desde el 26 de junio, día de la votación. Microsoft subirá sus artículos un 22%. Apple ha encarecido sus ordenadores portátiles. Los más sofisticados son ahora hasta 500 libras más caros.

En paralelo, se disputan batallas en los tribunales. Está pendiente una decisión del Supremo británico sobre si la activación del artículo 50 que inicia la salida debe ser refrendado o no por un voto previo del Parlamento. Este viernes los «remainers» han recibido un revés judicial en Irlanda del Norte. La Corte Suprema de Belfast ha fallado que no hay nada en los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 que impida que se active la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

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