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Vídeo: Arde la «Jungla» de Calais - ATLAS

Concluye la evacuación de «La Jungla» de Calais, parcialmente devorada por las llamas

Durante toda la noche del martes y la madrugada del miércoles se sucedieron numerosos incendios no se sabe si voluntarios o accidentales

CORRESPONSAL EN PARÍS Actualizado: Guardar
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Fabienne Buccio, prefecto del departamento de Pas-de-Calais (Norte), ha anunciado el fin de «La Jungla», el más famoso de los campamentos de refugiados, cuando, a sus espaldas, todavía se contemplaba un espectáculo de incendios y destrucciones de película apocalíptica.

Durante toda la noche del martes y la madrugada del miércoles se sucedieron un número impresionante de incendios no se sabe si voluntarios o accidentales, que movilizaron a los antidisturbios que velaban por el mantenimiento del orden en un campo donde las palas mecánicas continuaban su tarea de demolición de chabolas.

A primeras horas de la mañana del miércoles, los portavoces del Ministerio del Interior, en París, y el prefecto regional anunciaban «¡Victoria!»: «La Jungla quedará completamente desmantelada a lo largo del miércoles».

Según la prefectura, 6.400 refugiados han sido trasladados o están camino de un traslado «inmediato», desperdigados por toda Francia. Sin embargo, las organizaciones humanitarias hablan de 8.100 refugiados. Nadie sabe si se trata de contabilidades distintas o de la «desaparición» de 1.000 o 2.000 refugiados que han preferido esfumarse para continuar errantes rumbo nadie sabe donde. Informaciones periodísticas y denuncias de Organizaciones No Gubernamentales señalan que docenas de menores no acompañados han quedad0 abandonados en el campamento y se desconoce ahora su paradero.

Mientras las autoridades oficiales se dicen «satisfechas», las organizaciones humanitarias denuncian un desmantelamiento «inhumano» y «descorazonador». Todos los testigos presenciales hablan del espectáculo apocalíptico de una «Jungla» donde los incendios continuaron multiplicándose a lo largo de toda la jornada del miércoles.

«Para muchos refugiados, se trata de una cuestión de dignidad. Prefieren meter fuego, ellos mismos, a sus propiedades últimas, prefieren incendiar las cabañas y refugios que ellos construyeron con sus manos, antes que contemplar el siniestro espectáculo de las palas mecánicas destruyendo unos refugios que fueron su único hogar. Se trata de un reflejo peligroso, sin duda. Pero, para ellos, se trata de una cuestión de dignidad moral», explica François Guennoc, miembro de una organización humanitaria que intenta ofrecer ayuda a los refugiados.

Muchos jóvenes refugiados, que habían pasado la noche en contenedores de transporte de mercancías, se hacían selfies delante de sus chozas tras incendiarlas. Se fotografiaban sonriendo, dejando a sus espaldas una «Jungla» en llamas, por donde avanzaban inexorables las palas mecánicas y los antidisturbios.

En París, el ministerio del Interior asegura sentirse «satisfecho» y «confiado» con el carácter expeditivo del desmantelamiento de «La Jungla». Las organizaciones humanitarias no comparten tal optimismo. Los especialistas recuerdan que «La Jungla» y los campamentos que la precedieron ya fueron desmanteladas en otras ocasiones. En vano.

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