Una guía turística yihadista compara el califato con un «complejo vacacional»

Las informaciones y publicaciones propagandísticas sobre Estado Islámico son innumerables y no reparan en contar falsedades para reclutar a nuevos combatientes en Occidente, y a adolescentes para que se conviertan en sus esposas en el califato.

A todo esto se suma ahora otro documento, que los analistas han calificado de «ridículo» y de «lectura para divertir». Se trata de la «Guía breve de Estado Islámico» (2015), escrita por el yihadista británico Abu Rumaysah que abandonó el Reino Unido para unirse a la cruzada terrorífica del EI, en la que aseguro que los territorios del califato son como «complejos de vacaciones».

El documento, publicado en formato e-book, está colgado desde este lunes y se está distribuyendo a través de las redes sociales, el medio que mejor maneja su público objetivo: los jóvenes.

Confirma este punto la opinión del investigador Charlie Winter, que ser refiere al estilo con que está escrito como de «literatura juvenil, con escaso valor propagandístico». A esto se añade, la poca fiabilidad que tiene en su opinión, pues el contenido muestra que el texto «está hecho a espaldas del EI y que no sigue la linea oficial del grupo terrorista. Ha sido realizado por iniciativa propia», afirma Winter en The Independent.

En la guía se abordan aspectos como la alimentación, «se pueden comer Kebab, sandwiches de falafel y chocolate (Kit-kat, Twix, Kinder Sorpresa), y beber té, café e incluso «cócteles de fruta»; el clima de Siria e Irak, que presenta de manera exagerada como si se tratara de un folleto de viajes; el transporte, cuyas redes se están desarrollando de manera «natural», primero con trenes, después barcos y aviones.

También habla de temas como la población, que asegura es «diversa», lo que le lleva a calificar las ciudades bajo dominio del EI como tan «cosmopolitas como Londres y Nueva York».

En ningún momento se refiere a las mujeres, cuyas funciones en el Estado Islámico se reducen a las de esposas y madre, con pocas opciones de participar en actividades laborales o relacionadas con la educación.

Por supuesto, Rumaysah no se olvida de mencionar las comodidades que ofrecen estas ciudades, que compara con las de cualquier complejo vacacional de Occidente.

Todo ello se encuentra muy lejos de la realidad. Una realidad donde cualquier acto, hasta fumar un cigarrillo en la calle, puede costar la vida.

Winter asegura que el libro, «divertido de leer», falla en su intento de utilizar la retórica para captar la atención de los lectores, presumiblemente jóvenes. «La utiliza como si fuera algo revolucionario, cuando es algo de sobra conocido ya. Realmente su poder propagandístico es muy débil», sentencia.