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Movilización ante el ataque en la sinagoga de Jerusalén - Rueters
Israel

Dos atacantes matan a cinco fieles en una sinagoga en Jerusalén antes de ser abatidos

Los hombres, al parecer palestinos, atacaron a los fieles con cuchillos y hachas y dejaron otros ocho heridos, cuatro de ellos en estado grave

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Dos atacantes han matado este martes a primera hora a cuatro rabinos y un policía en una sinagoga del barrio ortodoxo de Har Hof, en Jerusalén Oeste, antes de ser abatidos por la Policía, según ha informado el portavoz de la Policía, Micky Rosenlfed.

Los dos hombres, al parecer palestinos de Jerusalén Este, entraron en el recinto armados con un cuchillo, un hacha y una pistola y atacaron en dos lugares distintos a los fieles que allí rezaban antes de morir tiroteados por la Policía. El suceso se ha saldado además con ocho heridos, cuatro de ellos en estado grave.

«Estamos considerando esto como un ataque terrorista», ha dicho Rosenfeld, tal y como ha recogido la agencia británica de noticias Reuters.

Es el segundo más grave perpetrado en Jerusalén desde el fin de la Segunda Intifada.

«Dos terroristas entraron en la sinagoga del barrio de Har Nof. Atacaron con un hacha, un cuchillo y una pistola. Cuatro personas que oraban murieron. La Policía que llegó al lugar de los hechos disparó y mató a los terroristas», ha explicado Luvba Samri, portavoz de la Policía para medios en hebreo.

Las reacciones no han tardado en llegar y el primer ministro israelí ya ha anunciado que Israel responderá «con mano de hierro» al ataque, además de acusar a Hamás y al presidente palestino, Mahmud Abbas, de «incitar al odio». Por su parte, Hamás, que controla la Franja de Gaza, ha elogiado el ataque.

Creciente tensión

En el último mes, cinco israelíes -sin contar a los fallecidos de este martes- y un extranjero han muerto víctimas de ataques de palestinos. En respuesta, las fuerzas de seguridad israelíes han matado a una decena de palestinos, incluidos los supuestos autores de esos ataques.

La ciudad santa es testigo de una creciente tensión desde que a principios de julio tres extremistas judíos quemaran vivo a un adolescente palestino en Jerusalén Este en venganza por el asesinato tres semanas antes a manos de exconvictos islamistas de tres estudiantes que habían sido secuestrados cuando hacían autostop cerca del bloque de colonias de Gush Etzion.

Desde entonces se han sucedido las protestas, los enfrentamientos entre la policía y jóvenes palestinos y los ataques de palestinos y colonos israelíes en los barrios árabes y el casco viejo de la ciudad.

La situación se agravó hace un mes, cuando un conductor kamikaze palestino mató a dos personas -entre ellas un bebé de tres meses y una ciudadana ecuatoriana- al intentar atropellar a los pasajeros que esperaban el tranvía en la línea que divide la ciudad.

Una semana después, un presunto pistolero palestino tiroteó y dejó gravemente herido en Jerusalén Oeste a un rabino ultranacionalista judío que aboga por cambiar el estatus de la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar más sagrado del Islam.

Los rumores sobre ese posible cambio -negado por el Gobierno israelí-, junto a las restricciones de acceso impuestas por Israel a los musulmanes y la constante subida de ultranacionalistas judíos fuertemente escoltados al lugar donde el judaísmo sitúa el Segundo Templo destruido por los romanos, son algunos aspectos que alimentan la tensión en la ciudad.

Apenas siete días después del tiroteo contra el rabino, que se recupera de sus heridas en un hospital, un segundo conductor kamikaze palestino mató a dos personas -entre ellas un guardia de frontera- en un intento de atropello similar en la misma zona que separa Jerusalén Este de Jerusalén Oeste.

Al igual que hoy, en los casos precedentes los movimientos islamistas radicales palestinos como Hamás y la Yihad Islámica alabaron el ataque y afirmaron que se trata de «una respuesta lógica a las políticas israelíes y la ocupación».

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