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La increíble experiencia de liberar adrenalina al volar sólo con tu cuerpo

El túnel del viento vertical permite mantenerse a flote en el aire a partir de los cinco años de edad

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Imaginar que uno puede flotar en el aire y sentirse como un pájaro en movimiento ya no es solo un ansiado sueño. Ahora volar puede ser una realidad gracias al túnel del viento vertical.

Sin alas, sin aviones, sin paracaídas. El túnel de viento Madrid Fly cuenta con el simulador de caída libre más alto de Europa con una cámara de vuelo de 4,6 metros de ancho y 18,5 metros de alto, de los cuales 8 son de cristal.

Cualquier persona, exceptuando embarazadas, menores de cinco años o personas con lesiones de espalda o corazón, puede atreverse a vivir esta experiencia tan divertida como emocionante.

Al llegar a las instalaciones, los profesionales de esta empresa dan a cada participante un equipo formado por un mono, un casco, unas gafas y unos tapones para los oídos. Todos juntos pasan a una sala donde les ofrecen una breve explicación de cómo deben entrar con seguridad en el túnel y la postura más adecuada de brazos, piernas y cuello para mantanerse a flote en el aire.

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Terminada esta explicación, los osados participantes verifican que tienen toda su equipación bien colocada y entran en el recinto que da paso directo al túnel donde hay unos asientos que les permiten esperar su turno. El primero de ellos se pone en pie y se acerca, bajo las instrucciones de un profesional, a la entrada en forma de arco del túnel. El instructor le indica que debe subir los brazos e inclinarse hacia delante, cómo si quisiera despegar, levantando las piernas. ¡Y a volar!

Con este pequeño gesto, la persona que lo desee sentirá la fuerza del aire en su rostro y sobre el cuerpo que se elevará más o menos en altura según la pericia de cada participante. El instructor está en todo momento dentro del túnel acompañando al participante, si es principiante, para que aproveche al máximo su experiencia.

Los vuelos suelen duran una media de un minuto, tiempo suficiente para experimentar esta increíble sensación de flotar en el aire. Cada participante puede contratar el número de vuelos que desee. Hay que avisar que la fuerza del aire no permite escuchar al monitor que hace sus indicaciones mediante señas. Igualmente, hay que saber controlar la respiración debido al gran chorro de aire que hay dentro de este espacio. Y aviso para las personas que lleven pelo largo: mejor acudir con pelo recogido o trenza porque el movimiento del aire sobre el cabello provoca grandes enredos.

Para rematar esta estupenda experiencia, el instructor agarrará suavemente el mono del participante y juntos volarán girando de arriba a abajo por los 8 metros de altura de este túnel de cristal.

Esta nueva modalidad de deporte y ocio permite volar en un entorno seguro, supervisado en todo por momento por instructores certificados. La experiencia de vuelo indoor «es similar a flotar en una piscina de aire», con el propio cuerpo y el aire que se genera dentro del túnel como únicos elementos necesarios para disfrutar de esta increíble sensación.

Madrid Fly cuenta, además, con más de 1.700 m2 de instalaciones, 635 m2 de terraza chill-out y un restaurante-cafetería donde poder seguir disfrutando de esta novedosa experiencia mientras se observan las habilidades de otros voladores desde la zona de restauración. El túnel de viento Madrid Fly dispone también de 1.100 m2 de aparcamientos y jardines.

También en Empuriabrava

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Pero esta experiencia no sólo se puede vivir en Madrid. Windoor Túnel de Viento de Empuriabrava es también un simulador de caída libre de España dirigido a todos los públicos.

Creado a partir de una avanzada instalación tecnológica, cuenta con cuatro turbinas de gran potencia que generan un flujo de aire vertical, regulable, que permite a cualquier persona experimentar la sensación de volar en un espacio seguro y supervisado en todo momento por instructores altamente cualificados.

Por un lado, contribuye al entrenamiento de los profesionales del paracaidismo, y por otro, supone una experiencia única para todas aquellas personas que quieran liberar adrenalina experimentando la sensación de volar, con el cuerpo como única herramienta de mando, sin el apoyo de paracaídas, a través de la fuerza del viento.

El edificio Windoor de Empuriabrava alberga además, aulas para formación teórica para equipos e individuales, vestuarios, tienda y, en una ubicación ideal con vistas excelentes al aeródromo, el WIND Bar, un restaurant y cocktail bar donde los acompañantes de los first time flyers pueden observar al resto de voladores, tomar algo y compartir fotografías con los amigos de esta inolvidable experiencia, desde la zona Wi-fi habilitada para ello. Disponen, además, de salas para reuniones de empresa, servicio de catering, restauración y parking gratuito.

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