Siete acividades simples que debes incluir en tu agenda para mimar tu cerebro

A la hora de entrenar este órgano importa mucho la variedad

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si el cerebro es el único órgano del cuerpo que no se desgasta con el uso, ¿por qué no entrenarlo cada día? La pregunta la hace Marta Romo, autora de «Entrena tu cerebro», quien nos propone una entrevista con nuestro cerebro, para conocer sus preferencias, sus gustos, sus aficiones, sus necesidades… En definitiva, para ser más eficientes y vivir mucho mejor. Esta experta en neurociencia para la vida cotidiana, como le gusta definirse, explica que nuestro cerebro no está preparado para la vida moderna: «El trabajo y las actividades que exigen gran atención hacen que el ser humano esté en continuo estado de vigilancia. Es decir, de estrés, que se potencia en personas con puestos de responsabilidad, que toman decisiones, que lideran equipos...

hace que el cerebro literalmente se sobrecargue y no pueda procesar la información de forma fluida, ni dar respuestas creativas».

Para ello Romo hace referencia a Jessica Payne (Notre Dame Univ.) y a Stephen Thomas (Southampton School of Management), ambos neurocientíficos, que demuestran que para que nuestro cerebro esté en forma, necesita, como mínimo, tres variables en nuestro día a día: sueño de calidad, estrés moderado y emociones positivas -afecto-. Para profundizar con evidencias científicas, Romo recurre también a las investigaciones del neuropsiquiatra alemán Hans Berger quien, en la década de 1920, descubrió las ondas cerebrales y su relación con diferentes estados de consciencia entre ciertas actividades mentales y las variaciones de la señal eléctrica emitida por el cerebro. Ya pensaba entonces que ciertas señales anormales reflejaban desordenes clínicos.

¿Estás en onda?

Según explica Romo, las ondas cerebrales principales son cinco, medidas según la frecuencia o la velocidad del impulso y la amplitud o el voltaje del mismo. «Los investigadores han verificado que ciertos estados psicológicos internos están asociados con una determinada actividad cerebral. Las ondas Beta son las más comunes en nuestras horas de vigilia y están asociadas a los estados de alerta. Las ondas Gamma son las más rápidas del cerebro y provocan una mayor actividad mental y lucidez. Son las ondas de la intuición y la creatividad; se dan cuando estamos en momentos de extrema atención y concentración. Son poco habituales en el día a día y no son fáciles de conseguir, sobre todo si estamos inmersos en acciones potenciadoras de las ondas beta. Las Gamma requieren partir de estados de tranquilidad y para que surjan, hemos tenido que experimentar ondas Alfa antes, no se puede acceder a ellas directamente. Las ondas Alfa son más tranquilas: La atención de nuestro cerebro se desplaza hacia el interior. Se desconecta la atención y se conecta la introspección. Ya no estamos pendientes de lo que sucede a nuestro alrededor. Se producen si cerramos los ojos y nos relajamos. Si visualizamos, pensamos sobre el futuro. Por ejemplo, imaginar lo que vamos a hacer el fin de semana, activaría estas ondas».

Las ondas Theta, con una frecuencia de 4 a 7 Hz, se asocian a la somnolencia, aparecen cuando empezamos a dormirnos y, a menudo, están acompañadas por imaginería y por sueños.

Las ondas Delta, que son las del sueño profundo, con una frecuencia de 0 a 4 Hz.

Es importante recordar que el cerebro siempre está produciendo múltiples ondas cerebrales al mismo tiempo en el transcurso del día. Nuestra habilidad para atender, planificar, contactar o hacer cualquier cosa está íntimamente relacionada con la combinación de las ondas que el cerebro produce, y nuestra eficiencia, depende de la flexibilidad que tengamos para pasar de una a otra, explica Marta Romo, quien amplía: “Así, la fluidez, ese momento en el que damos lo mejor de nosotros mismos, sucede cuando las ondas cerebrales están perfectamente alineadas con la tarea que estamos realizando. Errores, confusión, estrés, ansiedad, discusiones innecesarias, etc., son causadas a menudo por una pésima combinación de ondas cerebrales o por incapacidad para variarlas”.

El problema viene cuando una onda cerebral domina la mayor parte del tiempo, cuando una es la protagonista de nuestro día a día, y esto es exactamente lo que provoca la vida moderna. La cultura de estrés obliga a nuestro cerebro a permanecer constantemente en el patrón de ondas Beta (estados de alerta), cuyas consecuencias son desastrosas para nuestro organismo. “De aquí la importancia de aprender a gestionar y provocar otras ondas. Potenciar nuestra resiliencia cerebral y fomentar la diversidad en nuestras acciones, impacta positivamente en el cambio de onda”, avisa la experta.

El Dr. David Rock, fundador del Neuroleadership Institute, junto con el Dr. Daniel J. Siegel diseñaron en 2011 una dieta mental con siete tareas esenciales diferentes para que nuestro cerebro esté en forma. Lo llamaron “The Healthy Mind Platter” y la idea subyacente es la necesidad de nuestro cerebro de buscar la integración.

La potencia de esta dieta para obtener los nutrientes mentales esenciales diarios es absoluta. Se trata de conectar esta idea de nutrir nuestro cerebro con distintas actividades y unirla a las ondas cerebrales, es decir a la diversidad de estados de conciencia, con el fin de mantener el cerebro sincronizado, con los beneficios que ya se conocen.

La propuesta es diseñar una agenda con los nutrientes esenciales que producen distintas frecuencias en nuestro cerebro. Marta Romo sugiere utilizar los colores del arco-iris para representarlos en la agenda y así comprobar fácilmente que los siete colores están en cada día. “Te animo a que inicies esta práctica en tu rutina diaria, generando nuevas redes en tu cerebro, para que tengas la costumbre de hacerlo al final de cada día o al inicio del mismo, según tus preferencias”.

Ver los comentarios