Kate Middleton
Kate Middleton - Stephen Lock

El topless de Catalina puede costarle a «Closer» 1,5 millones

El Príncipe Guillermo declara en el juicio que el caso le dolió al recordarle el acoso de los paparazis a su madre

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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El Príncipe Guillermo ha pedido en un juicio que se celebra en Nanterre, en las afueras de París, una indemnización de 1,5 millones a la revista francesa «Closer», por la publicación en septiembre de 2012 de unas fotos de la Duquesa de Cambridge con el pecho al aire mientras tomaba el sol. En la misma vista solicita 42.000 euros al diario local «La Provence», que publicó instantáneas del mismo momento, pero con Kate Middleton con sus senos cubiertos.

El heredero del trono británico, que curiosamente presenta la demanda cuando la ofendida es su mujer, envió una declaración en francés que fue leída por su letrado en el tribunal. «La manera clandestina en que se tomaron estas fotografías fue particularmente impactante para nosotros, ya que violó nuestra privacidad», afirma. Para imprimir más fuerza a su demanda contra los paparazis, el Príncipe Guillermo, de 34 años, llegó incluso a recordar los agobios de su madre con el gremio de los cazadores de exclusivas rosas: «Nos recuerda el acoso que condujo a la muerte de mi madre, la princesa Diana de Gales».

Los hechos sucedieron en septiembre de 2012. Los Duques de Cambridge se tomaron tres días de asueto en el Château d’Autet, un castillo en la Provenza, en el más delicioso Sureste de Francia, propiedad de su pariente el vizconde David Linley, hijo de la princesa Margarita, la hermana de Isabel II. Los paparazis se sirvieron de un teleobjetivo y a casi un kilómetro de distancia fotografiaron a Kate Middleton, hoy de 35 años, tomando el sol en topless en una terraza privada de la propiedad.

Las fotografías fueron publicadas por “Closer”, una revista del corazón más bien sensacionalista, con ediciones en el Reino Unido y Francia, que vende más de 400.000 ejemplares en el país galo y suele anotarse buenas exclusivas (destapó el romance de Hollande y Julie Gayet). Palacio reaccionó de inmediato tachando las imágenes de «invasión grotesca e inadmisible de la privacidad».

La prensa británica se negó a divulgarlas, aunque si las publicaron una revista italiana y otra irlandesa. Cuatro años y medio después el caso llega al juzgado, con seis acusados: el director y el editor de “Closer” (Mondadori), dos fotógrafos y los directivos del diario provenzal. Una vez más se percibe que la prensa tradicional responde ante los tribunales que velan por el derecho al honor, como debe ser, mientras que los gigantes tecnológicos de internet se lucran casi con barra libre.

Los fotógrafos acusados niegan haber tomado las instantáneas y “Closer” ha decidido no revelar la identidad de los autores. El abogado de la revista ha tachado a los Duques de Cambridge de «hipócritas» por su denuncia, argumentando de manera discutible que «su vida pública y privada están totalmente entrelazadas». También les reprocha que «intentan obtener dinero con su fama, con demandas punitivas al estilo anglosajón», cuando en Francia el topless es «algo normal».

Lo que sí parece claro es que Isabel II nunca habría tenido un problema así. Sabe que algunos cargos no permiten hacer ciertas cosas normales para el común de los mortales.

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