El audaz estilismo de Victoria de Suecia: un vestido «low cost» con la tiara napoleónica

De primero, vieiras y langosta asada, acompañadas de ortigas, ajo silvestre y patatas de invierno confitadas. A continuación, codorniz de Södermanland con ajo negro, puerro a la brasa, alcachofa, setas silvestre y jugo de piel de pollo asado con mostaza. De postre, nube de fruta Sudachi con sorbete de mora, migas de miso y papel de arroz frito. Todo ello regado con vinos franceses e italianos. Este fue el menú del banquete de los Nobel, celebrado la noche del pasado sábado en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo, tal y como marca la tradición desde 1974. La cena de gala, presidida por los Reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, reúne otros apuntes interesantes para los amantes del dato: 1.300 invitados para cuyo disfrute trabajaron, entre otros, 20 cocineros, 8 maîtres, 210 camareros y 5 sumilleres.

Se vistieron 65 mesas con 470 metros de mantel de hilo. Se usaron 6.730 piezas de porcelana, 5.384 vasos y 9.422 cubiertos. Y se adornó la estancia con 23.000 flores –lirios, orquídeas, gladiolos y rosas– cultivadas en San Remo (Italia).

Dada la suntuosidad de la velada, qué menos que las damas de la Familia Real sueca se engalanaran con algunas de las espectaculares piezas que componen el joyero de la Casa Bernadotte. Lejos de resultar pomposas, la Reina Silvia y las princesas Victoria, Magdalena y Sofía correspondieron a un acto tan solemne.

Si el pasado año Sofía, casada con Carlos Felipe de Suecia desde junio de 2015, se erigió en una de las protagonistas de la gala –lució una diadema de diamantes y esmeraldas, regalo de boda de sus suegros–, en esta ocasión no quiso acaparar la atención que doce meses atrás restó a la Heredera al trono. Su discretísima diadema –precisamente de la colección personal de su cuñada– y su recatado traje de noche de la firma House of Dagmar casi pasó desapercibido frente al sorprendente atuendo de la Princesa Victoria: un vestido de H&M confeccionado en exclusiva para ella con seda, tul y poliéster, material para el que se reciclaron envases y botellas de plástico. La primogénita de los Reyes de Suecia, además, se coronó con la célebre tiara napoleónica, creada ente 1810 y 1814 para un miembro de la Familia Imperial de Francia (posiblemente para Hortensia de Beauharnois, hija de la Emperatriz Josefina). También conocida como «Cut Steel Tiara», está realizada en oro, plata y acero pulido. Victoria completó el conjunto con un collar de camafeos.

Su hermana pequeña, Magdalena, combinó un vestido rosa pálido con la tiara Connaught –la que el pasado año lució Victoria–, una valiosa joya firmada por E. Wolfe & Co. en 1905, que fue un regalo de bodas para Margarita de Connaught y que han llevado la Princesa Sybilla y, en múltiples ocasiones, la Reina Silvia. Realizada con diamantes de diferentes tipos de talla, representa una guirnalda haciendo cinco bucles. La Reina Silvia se reservó una joya de su uso exclusivo desde 1976: la tiara Leuchtenber, un regalo de Napoleón a su hijastro Eugenio de Beauharnais con motivo de su boda con la princesa Augusta Amalia de Baviera. Se trata de una diadema flexible realizada con diamantes y zafiros.