Joaquín Torres, el arquitecto de las estrellas, se divorcia de su esposa

Durante décadas, se ha dedicado a diseñar los hogares de un sinfín de celebridades. Ahora, el suyo propio está a punto de desmoronarse. Joaquín Torres, conocido como el arquitecto de los famosos, atraviesa uno de los momentos más duros de su vida. Su mujer, Mercedes Rodríguez, ha presentado en los juzgados de Pozuelo de Alarcón la demanda de divorcio. La solicitud lleva un tiempo en trámite y a la espera de una resolución, nadie quiere verter ningún comentario al respecto, pero le confirman a Beatriz Cortázar que efectivamente se está separando. En la demanda, Mercedes hace serias acusaciones, en las que se sugieren supuestas infidelidades.

Torres conoció a su actual esposa cuando tenía 17 años y pronto supo que estaban predestinados a estar juntos: «Es la mujer de mi vida y la única mujer con la que podría estar. Es extraordinaria, me quiere mucho y me quiere como soy», escribió Torres en su libro, «Detrás de la puerta».

La pareja tiene dos hijos, Manuel y Álvaro.

Además de su exitosa faceta como arquitecto, durante dos años, Torres participó semanalmente en el programa «Sálvame» mostrando sus propios proyectos arquitectónicos y aconsejando en asuntos de decoración y diseño.

Su desenvoltura y vivacidad pronto le convirtieron en un personaje popular que concedió varias entrevistas en el «Deluxe». Durante los últimos años, los rumores de crisis en su matrimonio arreciaron con fuerza. El pasado mes de julio anunció que abandonaba el programa y desde entonces, se ha refugiado en su trabajo de arquitecto. En su último programa desmintió que se estuviera divorciando, aunque sus declaraciones tampoco dejaban entrever que su matrimonio fuera precisamente un camino de rosas. «Aún no me he separado, eso vendrá si tiene que venir, pero seré yo quien lo anuncie y no otros», declaró en antena.

Enemistades

Su paso por los platós de televisión nunca estuvo exento de polémica. Si algo ha buscado siempre su cartera de clientes es privacidad. Después de contar abiertamente los entresijos del hogar de varias celebridades, muchos le dieron la espalda. Por ejemplo, con Raúl y Mamen Sanz dejó de hablarse y llegaron a los juzgados. Penélope Cruz y Javier Bardem prescindieron de sus servicios al enterarse de que su arquitecto de confianza hacía caja aireando las intimidades de las mansión que había diseñado para ellos. Mismo encontronazo tuvo con el expresidente Felipe González y su mansión de Tánger. El arquitecto desveló en un programa que las obras de la casa que González se estaba construyendo en la ciudad marroquí estaban paralizadas desde que el expresidente del Gobierno se separase de la que era su mujer, Carmen Romero. A nadie le gusta que hurguen en sus miserias y de nuevo, la discreción brilló por su ausencia.

Más reacio se muestra en cambio cuando son otros los que hablan de él y de aquello que no marcha del todo bien en su vida. En febrero de 2014, el estado de sus finanzas quedaba en entredicho después de que la prensa se hiciera eco de que una de sus empresas, A-cero Inmobiliaria y Joaquín Torres Arquitectos SL, radicada en La Coruña, presentaba concurso de acreedores.