La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, de cena en Baqueira

La Infanta Doña Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, han vuelto a pisar tierras españolas durante sus vacaciones. Si en los últimos años habían buscado tranquilidad y, sobre todo, intimidad en la localidad francesa de Bidart, parece ser que el matrimonio ha decidido cruzar la frontera para disfrutar de unos días de asueto en el Valle de Arán. Concretametne, en la estación de Baqueira Beret.

Unas vacaciones sin niños, ya que sus cuatro hijos -Juan, Pablo, Miguel e Irene- se encuentra ya en Mallorca con Doña Sofía en la ya tradicional reunión estival de la Familia Real, que desde que estallara el Caso Nóos ha visto reducido el número de participantes.

Los ex duques de Palma han encontrado su apoyo en la familia Urdangarín, por lo que no es de extrañar que en estas vacaciones hayan disfrutado de la compañía de Ana Urdangarín y su marido.

Los cuatro se fueron a cenar a un restaurante en la estación de esquí, tal y como se puede comprobar en un vídeo filtrado por otros comensales. A pesar de las repetidas peticiones de una camarera -«no grabéis, por favor, os pido por favor que no grabéis más»-, en la grabación se puede ver la buena sintonía entre los dos matrimonios. En las imágenes, que apenas duran un minuto, se observa a los cinco comensales disfrutando de la cena, la compañía y un buen vino, antes de que los responsables del local bajen las persianas para evitar a los fisgones.

Lejos de Mallorca

El pasado verano fue la primera vez en 50 años que la Infanta Cristina no pisó las playas de la isla balear. Sí estuvo en el aeropuerto, para dejar a sus hijos al cuidado de Doña Sofía. Entonces todavía era duquesa de Palma, título entregado por su padre, el Rey Emérito Don Juan Carlos, tras su boda con Iñaki Urdangarín. Hace ya más de un mes que el Rey Felipe VI revocó el ducado de su hermana, por lo que lo único que ata ya a la infanta a Mallorca son sus recuerdos y su acusación en el Caso Nóos.

A pesar de los sin sabores que le ha supuesto a la hermana pequeña del Rey su amor por el ex jugador de balonmano -aseguró ante el juez Castro que había firmado todo los papeles «por amor» a Urdangarín-, en la última semana no todo han sido malas noticias. La Infanta Cristina ha visto reducida la fianza de casi 2,7 millones de euros que le había impuesto el magistrado hasta el medio millón de euros. Una cantidad que debe ingresar de cara a las posibles multas a las que se podría enfrentar de ser hallada culpable de cooperar en dos delitos fiscales.

Tras la venta del palacete de Pedralbes en el que residía la familia Urdangarín antes de mudarse a Suiza en el año 2013, la ex duquesa ingresó durante los pasados seis meses casi dos millones de euros para satisfacer su fianza, mientras esperaba que se resolviera el recurso interpuesto en la Sección Segunda de la Audiencia de Palma de Mallorca por considerar «desproporcionada» la cantidad solicitada por el juez Castro.