Cifuentes, en una convención del PP en marzo de 2016
Cifuentes, en una convención del PP en marzo de 2016 - Jaime García

Un rival para Cristina Cifuentes en el Congreso regional del PP de Madrid

Las discrepancias internas en el partido avivan la aparición de otra candidatura que haga frente a la presidenta de la gestora

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A las puertas del Congreso Nacional del PP, en la sede madrileña de la formación continúa la inquietud entre algunas facciones, que no dejan de mostrar su descontento por la forma en que se está llevando a cabo el proceso y por la fecha –que consideran precipitada– del congreso regional, el 17, 18 y 19 de marzo, en pleno «puente» de San José. Lo que parece claro –así lo creen en el partido y también en la gestora– es que es muy probable que Cristina Cifuentes tenga que enfrentarse con una candidatura alternativa a la presidencia del PP de Madrid.

«Seguro que va a haber rival», aseguran integrantes de la gestora madrileña, dirigida por Cifuentes desde el pasado 14 de febrero.

Lo dan por hecho porque el descontento, que en un principio manifestó casi en solitario el concejal madrileño y presidente del PP del distrito de Salamanca, Íñigo Henríquez de Luna, ha encontrado eco en otras voces dentro del partido.

Y el punto álgido del choque entre quienes apoyan vivamente la fecha para el Congreso elegida por Cifuentes y los que entienden que no es apropiada porque aboca a un encuentro «exprés» en que no da tiempo a preparar una alternativa, se escenificó en la reunión con vocales vecinos del pasado 25 de enero.

En ella, ante más de 200 militantes comprometidos en sus distintos barrios, Cifuentes lanzó algunos dardos a quienes han criticado la fecha del congreso: «La fecha del nombramiento de la Gestora (…) era el punto de partida para que cualquier militante que quisiera presentarse empezara a trabajar para conseguir el apoyo mayoritario de los afiliados». Y por si no había quedado claro, reiteró: «Todos y cada uno de los más de 90.000 militantes del PP han tenido casi un año para preparar su programa, su campaña y su equipo».

Pero no todos estuvieron de acuerdo con su postura, y la reunión acabó con una batería de ataques en las redes sociales de quienes consideraban que en la reunión se había impedido asistir a los concejales y tomar la palabra a los vocales. La división es frontal en las versiones: mientras desde círculos próximos a Cifuentes negaban la mayor, asegurando que la presidenta «estuvo charlando dos horas con vocales vecinos en Génova», otros dirigentes como Íñigo Henríquez de Luna insistían en las redes en que «por primera vez en la historia del PP de Madrid, Cifuentes ha impedido la participación y el debate».

«Aguirre no está detrás»

La bronca estaba servida, y lo que hasta ese momento habían sido críticas más o menos veladas de un sector reducido, se han extendido: ya no son sólo afines a Aguirre -desde cuyo entorno niegan cualquier vinculación con la operación: «Dimitió el año pasado, y si quisiera decir algo, lo haría sola»- sino de otras «sensibilidades» populares.

Así, se ha escuchado a la exdiputada nacional Eva Durán criticando por escrito a este «nuevo PP» y una fecha del congreso que a su juicio «vulnera el derecho de elección»; a concejales veteranos y con experiencia como Jesús Moreno enviando a la presidenta vía Twitter «un consejo de amigo: no mantengas las fechas del Congreso sólo por cabezonería. Medita».

Desde la gestora aseguran que «no hay cambio de fecha»; entre otras cosas, porque «sería darles la razón» a quienes la han criticado. Insisten en este sector en que el liderazgo de Cifuentes es indudable, y que una vez presente su candidatura –lo que podría ocurrir el 13 de febrero, tras el Congreso Nacional–, la presidenta ganará por «goleada» a cualquier rival. De hecho, incluso hay quien opina que sería «suicida» intentar hacerle sombra.

Pero lo cierto es que en el PP existe malestar, entre cargos procedentes de distintas «familias» políticas, y eso podría traducirse en una candidatura alternativa a la de Cifuentes en el congreso regional. Quienes piensan en esta opción interpretan que eso, evitar la competencia, es precisamente lo que se intenta con la convocatoria del encuentro en medio del puente de San José. Y que de este modo, las primarias por las que tanto se ha peleado pueden terminar en «un paripé».

Y no sólo eso; también les plantean dudas los más de 1.400 afiliados que se han apuntado al partido en Madrid desde que Cifuentes preside la gestora. «Los estatutos dicen que sólo pueden participar los que ya son afiliados cuando se convoca el Congreso Nacional», recuerdan, temiendo una extraña maniobra. Lo cierto es que en Madrid el PP asegura sumar más de 90.000 militantes, lo que empequeñece el posible efecto de esas «afiliaciones masivas» que algunos denuncian.

Desde el entorno de la presidenta, sin embargo, insisten en que todo es una «lucha de poder» detrás de la que muchos quieren ver la mano de Aguirre –«lo promueve, pero no se asoma»–. Algo que niegan una y otra vez sus afines. Que además, insisten en dejar claro que «si al final alguien se presenta y pierde, no podrán decir que han vencido al aguirrismo», desvelan.

«Hacemos ruido»

En el PP, poco dado a los escándalos, esta división interna resulta incómoda. «Estamos haciendo ruido, y eso es raro en nosotros», apuntaba un dirigente equidistante. Se lamentaba de «haber sacado el debate a las redes; estas cosas se hacen dentro». Y manifestaba su temor porque «terminemos como el PSOE. O peor, porque aquí somos más cainitas», afirmaba.

Hay quien piensa que debe abrirse una vía de diálogo con quienes están manifestando su descontento. «No se está hablando con ellos, y eso es malo: debe haber una candidatura de integración, no dejarse pelos en la gatera porque si no, pueden volverse dardos», advertía. Una posibilidad que, sin embargo, enerva en otros sectores del partido: «Sólo faltaba que encima de la que han montado, y sacando un porcentaje muy bajo de apoyos como creo que van a sacar, encima luego se incorporen a la nueva dirección».

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