Noelia de Mingo ingresa en el psiquiátrico a la espera de la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid

El tribunal que la juzgó debe decidir si la deja en libertad en tratamiento ambulatorio. Hoy se le acababa el permiso de 90 días

Quién es Noelia de Mingo

La doctora Noelia de Mingo, durante una salida de Fontcalent JUAN CARLOS SOLER
M. J. Álvarez

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La doctora Noelia de Mingo, de 45 años, durmió anoche en el penal psiquiátrico de Fontcalent (Alicante), según ha podido confirmar ABC. Ahí lleva una década tras haber sido condenada a un máximo de 25 años de internamiento, como medida de seguridad, por haber asesinado a tres personas en un brote psicótico en la Clínica de la Concepción y herir a otras siete. Ocurrió el 3 de abril de 2003. No estaba tomando la medicación, a pesar de estar diagnosticada desde 2001 y vivir con sus padres.

Hoy se le agotaba el permiso de 90 días que le concedieron el pasado 1 de julio, poco después de que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de la Comunidad Valenciana solicitara su puesta en libertad debido a su buena evolución. Así lo acreditaban los informes que enviaron al tribunal que la juzgó -la Sección Decimosexta- de la Audiencia Provincial. A esa petición se sumó después el director del centro, la Fiscalía y, en última instancia, la Clínica Médico Forense del Ministerio de Justicia, adelantado por este diario el pasado día 16.

En este último examen al que fue sometida, a petición de la acusación particular , que se opone a su libertad, se explicita: «Diagnóstico. Esquizofrenia paranoide. En remisión completa». No obstante, agregan: «El grado de conducta violenta futura de la informada en el momento actual puede considerarse como bajo».

Para el letrado que representa a las familias de las víctimas , Carlos Sardinero, «ese riesgo puede aumentar ante situaciones de estrés o por sufrir descompensaciones al estar en libertad y los resultados pueden ser gravísimos».

«Máximas garantías»

Además, subraya que los forenses recelan de la supervisión del tratamiento -inyectable y de por vida, por su mayor adherencia terapéutica- al que se ha comprometido su octogenaria madre . Le aconsejan que realice un curso para detectar los indicadores de los retrocesos de la enfermedad. Las familias de los fallecidos recalcan que en su día falló y aventuran que puede suceder lo mismo. «El informe reconoce que han remitido los síntomas, no la enfermedad, por lo tanto, exigimos las máximas garantías y controles».

Unas garantías que parece que el tribunal que la encausó está considerando detenidamente. Por ello, ayer la doctora De Mingo volvió a su celda de Fontcalent , a la espera de que la sala decida si celebra una vistilla para evaluar su estado mental, tal y como solicitan las familias de los asesinados. O, directamente, determina si sigue en régimen de internamiento o no.

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