La Gran Vía, el jueves, durante el aviso de bomba
La Gran Vía, el jueves, durante el aviso de bomba - EFE
Sucesos

Malestar del CNP con la Policía Municipal por desalojar Primark tras una falsa amenaza de bomba

El oficial encargado pidió disculpas a la Jefatura Superior de Madrid y expedientará a quien dio la orden de evacuación

MADRID Actualizado: Guardar
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La actuación de la Policía Municipal durante el desalojo de varias tiendas de la Gran Vía el pasado 8 de diciembre por la tarde por dos falsos avisos de bomba ha generado un profundo malestar en el Cuerpo Nacional de Policía. Según relataron a ABC fuentes de toda solvencia, el Cuerpo municipal actuó sin comunicar la evacuación al CNP, algo que va en contra del reglamento. Las quejas han llegado al mando de la Policía Municipal que estaba ese día al frente, que ha anunciado que expedientará a las personas que tomaron la decisión sin consultar. Este oficial, además, trasladó sus disculpas a la Jefatura Superior de Policía, consciente del grave error cometido.

El principal problema pudo causarse en la enorme tienda de Primark en la Gran Vía, que en aquellos momentos estaba repleta de personas.

«Se trata de una negligencia que podría haber terminado con graves consecuencias para el orden público y la seguridad», indicaron fuentes policiales. No hay que olvidar, además, que Madrid sigue en nivel 4 de alerta por peligro de ataque yihadista.

Sin embargo, los agentes de la Policía Municipal que estaban desplegados por el cierre al tráfico de la avenida decidieron, sin saberse aún por orden de quién (se está investigando), desalojar varios comercios y la Gran Vía, sin que estuviera avisado el CNP ni se hubiera testado la veracidad del que se comprobó luego que era un falso aviso de bomba.

Maleta sospechosa

Los desalojos, a partir de las cuatro de la tarde, no fueron solo de comercios, sino también del Motion Hostels, situado en el número 7 de la calle de Mesoneros Romanos y perpendicular a la Gran Vía. Todo comenzó por una maleta sospechosa en el establecimiento. En el caso de éste, fue la propia gerencia la que tomó la decisión de la evacuación, según la Policía Nacional. No así en el caso de Primark, cuyos clientes, bolsas en mano, corrieron por las bocacalles de la avenida, algunos con evidente nerviosismo.

Luego, ya como manda el protocolo, se trasladaron hasta el lugar los artificieros del Tedax del CNP, acompañados de los guías caninos. En primer lugar, los perros se acercaron para descartar que hubiera explosivos en la maleta sospechosa, dando resultado negativo. Tras ello, los Tedax abrieron el bulto y comprobaron que se trataba de una falsa alarma.

La operación se prolongó durante una hora. Luego, la normalidad volvió a su atípica normalidad, habida cuenta de que durante esa semana la Gran Vía permaneció cortada al tráfico privado, lo que dificultó aún más el operativo policial. Los atascos en la arteria principal y sus accesos por la plaza de España y la calle de Alcalá han sido una constante.

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