La congestión en Avenida de América fue ayer la habitual de hora punta
La congestión en Avenida de América fue ayer la habitual de hora punta - ignacio gil

Una huelga de Metro invisible

Los paros apenas afectaron ayer a la movilidad en plena hora punta

Madrid Actualizado: Guardar
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La última de las tres jornadas de huelga convocada por los trabajadores de Metro de Madrid confirmó ayer el fiasco de los sindicatos en sus reivindicaciones para obtener 14 días libres más al año. Los paros parciales no lograron afectar al servicio de suburbano en la hora punta matinal. Desde las 6.30 a las 9 horas, los trenes circularon con ligeros retrasos que no alteraron de forma significativa a los usuarios de camino a sus puestos de trabajo. Los tres días seguidos de protestas –firmadas por UGT, CC.OO., el Sindicato del Colectivo de Maquinistas de Metro, el Sindicato de Técnicos, el Sindicato Libre y Solidaridad Obrera– comenzaron el sábado con dos paros y se repitieron el domingo, coincidiendo con los conciertos de Bruce Springsteen y con la final de Copa del Rey.

Todos ellos se desarrollaron sin incidentes y con el cumplimiento de los servicios mínimos fijados entre el 75% y 84%. Ayer bajaron al 69%.

Ligeros retrasos y una frecuencia algo superior –en algunos casos de hasta 10 minutos– no lograron, sin embargo, colapsar el servicio. «Hemos salido de casa con más tiempo, previendo una situación peor. Pero no vemos que haya más problemas que otros lunes», explicaba a ABC una usuaria de la línea 6, en Avenida de América. El andén central, repleto de gente, ofrecía una imagen muy similar a la de otras mañanas. «Es normal que a las 8 de la mañana esté el andén lleno. Eso pasa todos los días», apuntaba. El tráfico, por su parte, tampoco se vio especialmente afectado por la convocatoria de huelga. Los sindicatos habían hecho un llamamiento a los trabajadores de Metro para concentrarse ante las puertas de las cocheras de Canillejas en la madrugada de ayer. Los primeros piquetes informativos llegaron a las 6 de la mañana, media hora antes de que se iniciaran los paros.

La concentración se desarrolló sin incidentes. Posteriormente, y vigilados por agentes de la UIP de la Policía Nacional, realizaron una breve marcha hasta la estación de Canillejas. Los agentes sociales cifraron ayer el seguimiento en un 100%, tanto entre los conductores como entre el personal de estaciones, mientras que la Comunidad de Madrid lo redujo al 51,8%. Así lo informó el consejero de Presidencia y Justicia de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, que hizo balance de los tres días de huelga: «Estamos dispuestos a negociar con los trabajadores siempre y cuando no se superen ciertas líneas rojas».

Una de ellas es sumar 14 días a los 58 de descanso que tienen los conductores, algo que, en su opinión, está «fuera de lugar». Las dos partes enfrentadas coinciden, eso sí, en que las protestas se han desarrollado «sin incidentes». Respecto a la escasa incidencia de la huelga, Teodoro Piñuelas, secretario por UGT del comité de empresa, consideró «abusivos» los servicios mínimos establecidos por la dirección de Metro. «Han cercenado el derecho constitucional a la huelga que tienen los trabajadores», aseguró. En esta línea, el Sindicato del Colectivo de Maquinistas coincide con Piñuelas en que los servicios mínimos impidieron que los paros se hicieran notar entre los usuarios.

Sin avances

La llamada a la huelga se produjo después de 27 reuniones y tras seis meses de negociación en los que no ha habido avances en el futuro convenio colectivo. Tras un fin de semana en el que no descartaban volver a convocar nuevos paros, las seis secciones sindicales de Metro convocantes apelaron ayer directamente a la presidenta Cristina Cifuentes y a Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos, para desbloquear las negociaciones. «La pelota está en el tejado de la dirección de Metro y de los políticos que la sostienen», concluyó Piñuelas.

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