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Los restos de sangre aún seguían ayer por la mañana en el pasillo del primer piso de Ciudad Lineal - ABC

Crimen machista en Ciudad Lineal«Desde Navidad ya no veíamos a su mujer; parecía deprimida y como si estuviera medicada»

Un hombre estrangula a su esposa en el domicilio de Ciudad Lineal e intenta suicidarse clavándose un cuchillo en el pecho. Horas antes, otra mujer era asesinada a manos de su pareja en el chalet que ambos compartían en Collado Villalba

MADRID Actualizado: Guardar
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Apenas pasaban las 10 de la noche del pasado sábado cuando Jesús R. B., de 61 años, estranguló a su esposa en el domicilio conyugal, ubicado en el número 27 de la calle de Vicente Espinel (Ciudad Lineal). Acto seguido, intentó suicidarse clavándose un cuchillo de cocina en el abdomen y el torax, a la altura del corazón. Sin embargo, no logró su cometido y alertó a los sanitarios del Summa, quienes al llegar descubrieron al agresor en el rellano, semidesnudo y con abundante sangre en el pecho. Dentro de la vivienda, hallaron el cuerpo sin vida de Susana. G. M., de 55 años y nacionalidad española, tumbado en la cama, por lo que avisaron de inmediato a la Policía Nacional.

Custodiado por los agentes, el hombre, prejubilado desde hacía poco más de un año, fue detenido e ingresado en el hospital Gregorio Marañón, donde al cierre de esta edición permanece en estado grave.

En la mañana de ayer, nadie entre el vecindario daba crédito a lo ocurrido. Un reguero de sangre permanecía aún sin limpiar en el pasillo del primer piso del portal. «Ahora bajaremos con una fregona», señalaba una residente, sin entender por qué algo así había sucedido tan cerca. «Nunca oímos nada. Ni discusiones, ni peleas que pudieran habernos hecho sospechar», proseguía. Otro vecino confirmaba que ni siquiera minutos antes de producirse el crimen escucharon algún sonido extraño: «Cuando oímos los primeros gritos, los médicos ya estaban atendiéndole».

En un pequeño corrillo callejero, un señor comentaba al resto que Jesús de vez en cuando jugaba al bingo. «Pero vete a saber, de puertas para dentro es imposible conocer si pasaba algo o no», advertía. «No sé... hace tres años se le murió la madre». El matrimonio nunca recibía visitas y era muy raro verlos junto a familiares o amigos. La única compañía conocida era la de sus dos gatos. Habían reformado el piso hace poco y, a pesar de vivir en un primero, estaban a favor de instalar el ascensor en el edificio. «En 2015, Jesús fue presidente de la comunidad y nunca hubo ningún problema. Al revés, era una persona muy educada», explicaba un vecino, a través del telefonillo.

Sin embargo, desde hacía un tiempo apenas se veía a la mujer por la calle. «Él bajaba todos los días a por el pan, era frecuente encontrártelo con bolsas de la compra», señalaba un anciano del barrio, quien aseguraba que el trato siempre fue cordial. «Antes trabajaba de contable para una empresa de autocares, pero hace un tiempo cogió la prejubilación», proseguía. Desde entonces, Jesús presumía del dinero que había obtenido. Susana, en cambio, llevaba un tiempo -«Desde navidades, más o menos», aseguraba una vecina- recluida en el hogar: «Las últimas veces que la hemos vista parecía deprimida, como si estuviera medicada», relataba la misma persona.

Asesinato en Collado Villalba

Horas antes del crimen de Ciudad Lineal, un hombre alertó a la Guardia Civil de que su mujer estaba muerta en el chalet de la calle Puerto de Canencia, 9 (Collado Villaba), en el que ambos residían. Rápidamente se activaron los servicios de emergencia y hasta el lugar se desplazaron agentes de la propia Guardia Civil y la Policía Local. Al llegar, encontraron el cadáver de V. C., de 38 años y nacionalidad rumana, con la cabeza cubierta por una bolsa de plástico, amordazada y con las manos atadas. Según confirmaron fuentes de la investigación a este periódico, el marido, que inicialmente aseguró haber encontrado el cuerpo ya sin vida al entrar al domicilio, fue detenido a primera hora de la tarde de ayer como presunto autor del asesinato. No tenía denuncias previas por malos tratos.

El trágico fin de semana para la violencia contra la mujer deja ya un balance demoledor en la Comunidad de Madrid: en lo que va de año, son siete las víctimas por este motivo.

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