Cifuentes acusa a Pablo Iglesias de vivir en una vivienda protegida a pesar de sus ingresos

La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, ha acusado al líder de Podemos, Pablo Iglesias, de vivir en un piso de protección oficial -propiedad de un familiar- a pesar de su nivel de ingresos, y ha recordado que este tipo de viviendas están pensadas para personas con determinadas necesidades económicas. Sus declaraciones las ha realizado durante su intervención en el Programa de Ana Rosa, en Telecinco, donde se debatía sobre el caso de Ramón Espinar, el diputado regional y senador que compró una vivienda protegida y la vendió a los pocos meses obteniendo un beneficio de 20.000 euros.

La vivienda de Pablo Iglesias, es una vivienda social protegida que fue otorgada a su tía abuela, y que a la muerte de esta pasó a ser propiedad de la madre de Iglesias, que tampoco es la actual ocupante del piso.

De hecho, es el líder de la formación morada quien vive allí.

La presidenta Cifuentes ha manifestado en la entrevista televisiva su extrañeza por esta situación, que le parece irregular dado que la vivienda es protegida y Pablo Iglesias tiene unos ingresos mensuales que superan claramente la media. La jefa del Ejecutivo madrileño ha señalado que no le parece normal que una persona en situación económica tan desahogada ocupe una vivienda protegida que nace con otros fines.

Posteriormente, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, la presidenta ha insistido en su planteamiento, sin citar a Iglesias. Cree que la vivienda pública está «dirigida a personas con un nivel de ingresos reducido». A la vez, ha asegurado que desde su gobierno «no vamos a vender vivieda pública a ningún fondo de inversión», como hizo el Ayuntamiento de Madrid en la anterior Corporación.

Respecto al caso Ramón Espinar, la presidenta regional ha vuelto a negar que la filtración de la noticia sobre su compra y venta de vivienda protegida haya salido de su Gobierno, y ha exigido a los responsables de Podemos que se midan por el mismo rasero con que ellos miden al resto de políticos de otras formaciones.