Ciudad Lineal

El camello anciano que vendía droga desde la cama

Estaba impedido y la expedía por un ventanuco con ayuda de su hijo. Un sobrino y dos «captadores» integraban la activa banda que operaba en Ciudad Lineal

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Tiene 74 años y regentaba su negocio de tráfico de droga desde la cama de su vivienda, situada en el número 4 de la calle de Taoro del barrio de Ascao de Ciudad Lineal. No lo hacía solo, en esa ilícita tarea le ayudaba su hijo, quien se encargaba de expender la sustancia a través de una pequeña ventana que daba a la calle.

A pesar de su delicado estado de salud, que le hacía estar postrado, ello no le impedía dirigir la compra-venta de estupefacientes, que se había convertido en su medio de vida. Eso sí, no ha pasado a disposición judicial por su precario estado físico, aunque está siendo investigado. La Policía Nacional ha acabado con el mercado ilícito de este grupo.

Manuel G. N., el septuagenario y cabecilla de la red, manejaba el cotarro junto a su hijo, Eloy G. S., de 37 años, quien tenía en la calle a su lugarteniente Borja A. G., de 22 años, sobrino del anterior que hacía de mediador. Mientras,otras dos personas: Kevin L. R., de 18 y Daniel S. A., de 25 se dedicaban a captar a los clientes. El más activo, o el que era la «imagen» del negocio era este último, que era sustituido por su compañero de fatigas en caso necesario.

Por su parte, el encargado de adquirir la mercancía: marihuana y hachís era Borja, quien le daba también salida al producto facilitando, en ocasiones, pequeñas dosis a los dos «camellos» para que la dieran a probar a los compradores.

Una cañada vertical

La clientela tenía que entregar el dinero a Daniel antes de que le dispensaran la droga por el ventanuco, mientras que Kevin se encargaba de realizar contravigilancias.

Fue el trasiego de toxicómanos a la vivienda lo que motivó las quejas de los vecinos quienes alertaron a la Policía. Los agentes de la comisaría de Ciudad Lineal se pusieron a realizar las correspondientes indagaciones, que dieron sus frutos en marzo pasado, dos meses después, con las detenciones de los cuatro integrantes de los cuatro miembos de esta banda de tráfico de droga al menudeo. Todos, salvo su líder, Manuel, investigado pero no detenido dado su precario estado de salud, fueron puestos a disposición judicial.

En el registro domiciliario las condiciones insalubres de la vivienda eran tales, que los funcionarios tuvieron que relevarse ya que no podían aguantar la pestilencia y la deplorable situación de la misma. En el domicilio hallaron, aproximadamente un kilo de droga (entre marihuana y hachís), diez bellotas y 27o euros en efectivo.

De los detenidos, a Eloy G. S., le consta un delito contra la salud pública mientras que a Daniel dos robos con fuerza y varios hurtos.

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