Los alcaldes de Ferrol, Santiago de Compostela y La Coruña
Los alcaldes de Ferrol, Santiago de Compostela y La Coruña - EFE

Podemos pierde el pulso en Galicia al negarle En Marea una coalición

Los alcaldes populistas de La Coruña, Santiago y Ferrol derrotan a Iglesias, al que fuerzan a diluirse en su partido para concurrir juntos al próximo 25-S

Santiago Actualizado: Guardar
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Los planes de Podemos en Galicia ya no serán como Pablo Iglesias querría. A medianoche de ayer expiraba el plazo para que la formación populista registrara su alianza con En Marea de cara a las elecciones autonómicas del 25 de septiembre. Esa era la fórmula con la que Iglesias y la cúpula de su sucursal gallega deseaban concurrir a los comicios, pero se han encontrado una y otra vez con el «no» de los alcaldes de La Coruña, Santiago y Ferrol, que han impuesto sus condiciones y las han llevado hasta el final. Se negaban a coaligarse con Podemos con la receta de En Comú Podem en Cataluña, donde mantuvieron su marca en las papeletas de votación y cierta autonomía. Y han ganado. Poco antes de las 23.30 horas, Iglesias aceptaba la derrota.

«No hay nada por encima de la unidad cuando nos jugamos el cambio en Galicia. Podemos estará con En Marea sea cual sea la fórmula», anunciaba a través de su cuenta en Twitter, una postura que fuentes de Podemos confirmaron a ABC.

En Marea se creó como partido el pasado 30 de julio en una asamblea celebrada en Vigo en la que diferentes fuerzas políticas como Izquierda Unida, Equo o los nacionalistas de Anova aceptaron diluirse. Podemos se había opuesto desde entonces a apostar por esta vía. En un callejón sin salida, no le ha quedado otra que esta sopa de letras para no ir en solitario a las urnas, algo que nunca antes había ocurrido en la Comunidad gallega. Esta es la primera gran crisis que los de Iglesias sufren con quienes desde 2015 han sido sus aliados, primero en las municipales donde arrebataron al PP las tres grandes alcaldías de la provincia coruñesa, y después en las generales. En vísperas de las autonómicas, ni siquiera la visita de los dirigentes nacionales Pablo Echenique y Carolina Bescansa a Compostela logró doblegar a En Marea.

Cesiones y alternativas

El jueves mantuvieron una reunión hasta entrada la madrugada. En ella, Podemos claudicó en dos aspectos muy relevantes al renunciar a celebrar sus proceso de primarias y reconocer al candidato de En Marea, el juez Luis Villares, como su propio cabeza de cartel. Pero no era suficiente. Con la puerta cerrada definitivamente a la coalición, la única opción para Podemos era integrarse «en igualdad de condiciones» en En Marea. Este es el entrecomillado que los regidores rupturistas no se cansaron de repetir. Defendían que la asamblea de Vigo así lo aprobó y de ahí no se han movido. Entendían que ya en esa cita hicieron suficientes renuncias tanto de cuotas de poder como de tipo económico.

Durante las negociaciones finales solo han realizado una cesión: prorrogar el periodo de presentación de candidaturas al Parlamento de Galicia, que se votarán en primarias la próxima semana, para permitir la participación de Podemos, vía que los alcaldes definen como un «periodo de gracia». Las listas definitivas no tienen que ser enviadas hasta el 22 de agosto, por lo que hay margen para la entrada de Podemos alterando sus calendarios.

A lo largo de este viernes, el alcalde de La Coruña reprochó a Podemos no ser «valientes» y Villares llegó a culpar a los de Iglesias de «falta de generosidad». La cuerda se iba tensando y unos y otros comenzaban a descargar posibles responsabilidades, por si acaso, dado que las bases exigían el pacto.

Víctimas y beneficiados

El descuentro habría tenido varias implicaciones, pues podía afectar a alianzas ya en marcha como el grupo en el Congreso, compuesto por cinco diputados, dos de Podemos que siempre han defendido la confluencia, dos de Anova y uno de IU. También podía influir en los diferentes ayuntamientos al crearse un clima negativo. Además, Podemos habría incumplido lo que su militancia votó en una consulta telemática: «sí» a una alianza electoral con partidos afines. Diluir sus siglas tampoco fue lo aprobado, por lo que cabe interpretarse como una traición.

El enfrentamiento entre Podemos y En Marea beneficiaba principalmente al PSOE, que -en medio de un gran crisis- veía más factible mantener la segunda posición en Galicia si sus rivales por la izquierda concurrían por separado. Todo parece indicar que juntos rebasarán a los socialistas. Alberto Núñez Feijóo, en busca de su tercera mayoría absoluta al frente de la Xunta, observa mientras traslada a la ciudadanía el mensaje de que, con semejante panorama, no existe alternativa a él.

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