Nuevas familias contra la soledad

El Convento de San Francisco de Betanzos se ofrece como espacio autogestionado para personas que se sientan solas y quieran compartir su día a día

Convivencia en el Convento de San Francisco de Betanzos FACEBOOK FAMILIA ABERTA

ABC.ES

La salida en 2016 de las Hermanas Misioneras de María auguraba en 2016 el fin de la vida entre muros en el Convento de San Francisco de Betanzos (La Coruña), pero la convivencia y las palabras han regresado al edificio de la mano del proyecto «Familia Abierta» , una iniciativa coordinada por fray Enrique Roberto Lista, para convertir en compañía la suma de muchas soledades.

«Familia Aberta» no es un centro benéfico, explica el religioso, sino un «espacio solidario», que se gestiona y se sostiene con la colaboración y la aportación de todos los usuarios. «De este modo se consigue un coste mínimo y una contribución económica asequible para sufragar los gastos ordinarios de la vida en común: alimentación, limpieza, energía, calefacción y pequeñas reparaciones», apunta Lista.

Los datos manejados por la Orden Franciscana Menor, responsable del proyecto, cifran en más de 125.000 los mayores que viven solos en la Comunidad gallega . En el caso de municipios intermedios como Betanzos (10.000-20.000 habitantes), el 33% de las personas de más de 65 años se encuentran en esta situación. Una soledad, apuntan los promotores, que «es, en muchos casos, una de las caras de la pobreza, agudizada desde hace unos años por la crisis económica».

Con este proyecto, abierto a cualquier persona autónoma y dispuesta a compartir su tiempo , los franciscanos brindan la oportunidad de compartir «un lugar, una forma de vida, un tiempo, unos medios y una gestión que sirva de referencia y concienciación para futuras actuaciones en el ámbito de las necesidades sociales». El grupo se reúne cada día desde la mañana a la noche, para compartir las tareas del día a día en un ambiente asimilable a la familia, cuidando especialmente los momentos en torno a la mesa y los trabajos de preparación y limpieza antes y después de las comidas. La solidaridad, subrayan los responsables del proyecto, es la base de las relaciones. «La ocupación de la jornada se hará realizando tareas de utilidad para todos, siempre en compañía de otros, de acuerdo a los propios gustos, capacidades y disponibilidad», indican.

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