El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ayer en Santiago
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ayer en Santiago - M. MUÑIZ

Feijóo contrapone la Galicia «tranquila» frente al modelo de los «cambios radicales»

El presidente de la Xunta reclama a la plana mayor del Ejecutivo avanzar hacia un país «próspero y para todos»

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El presidente de la Xunta, compareció ayer ante la plana mayor de su Gobierno para recordar que frente a los dogmas de fe de la nueva política, no hay que bajar la cabeza. «Jamás dudéis en reivindicar el modelo de sociedad que tenemos y para el que trabajamos. Ese modelo es una Galicia próspera, justa, ambiciosa, tranquila y para todos, sin exclusiones». Valgan como prueba los primeros cien días desde que Galicia concedió al PP su tercera licencia consecutiva para ocupar las estancias de San Caetano. Durante todo ese tiempo, el Gobierno aprobó unos presupuestos y enseñó a través de varias medidas –estrategia para los autónomos, exenciones fiscales en el rural, renovación de los hospitales, entre otras– el marchamo social

que Núñez Feijóo quiere imprimir a su mandato.

Para eso estaban los conselleiros, directores y secretarios xerais de la Xunta ayer en Santiago. Para escuchar y defender un balance «humilde». Los primeros trazos de una estrategia que pretende «construir el futuro» en lugar de «destruir el pasado».

El discurso del presidente gallego se esforzó en contraponer dos maneras de pensar Galicia y hacer política en ella. «Los gobiernos útiles son los que prefieren la planificación y la coherencia a la improvisación constante», afirmó, revocando las tesis rupturistas sin llegar a citarlas. «Estoy convencido de que las reformas son positivas. No creo en los cambios radicales y absolutos, ni en las enmiendas a la totalidad».

Feijóo combate la idea de «querer cambiarlo todo», el eslogan empleado por la izquierda radical para desacreditar un programa de «coherencia en lo esencial». «En estos tiempos de política efectista, en el que parecen importar más los tuits incendiarios sobre las reformas sensatas, es casi una proeza que un Gobierno siga las líneas maestras de la anterior legislatura», subrayó el presidente.

«Vientos de cola»

El Ejecutivo de Feijóo quiere demostrar que «los gallegos acertaron» al otorgarle en las urnas «un apoyo excepcional». La única mayoría absoluta de los 18 legislativos españoles. Otra «singladura» que transitar después de haber aguantado la zozobra del «tsunami de la recesión». «Tenemos que aprovechar los vientos de cola», apeló, ahora que afloja la ciclogénesis económica. Si la Xunta quiere llegar a puerto, añadió, será necesario trabajar en base a dos premisas. «No confundir la confianza de los gallegos con un cheque en blanco hasta el año 2020», la primera. No perder nunca «el espíritu de trabajo y de superación constante» es la segunda.

Ambas hacen falta para seguir ahondando en la senda de la prosperidad económica y la redistribución. Poco después de tomar posesión, el Gobierno presentó las primeras cuentas de la legislatura: junto al crecimiento del 2,4% en los recursos, medraban además el gasto en políticas activas de empleo y la inversión en sanidad (100 millones) y en el sistema educativo (32 millones). Después llegó otro paquete de bonificaciones fiscales para la compra de vivienda en el rural, la llamada estrategia de «impuestos cero» disponible en el 94% del territorio. Le siguió un programa para los trabajadores autónomos, con un aumento de un año en la tarifa plana de 50 euros y un incremento de los permisos de paternidad. Hasta el pasado jueves, cuando se anunció el proyecto de construcción de siete residencias para mayores en las grandes ciudades de Galicia. La mayoría glosaban el programa que el PPdeG presentó a las elecciones autonómicas.

A esta Xunta no se le han agotado las ideas. «Fueron cien días de inconformismo, para avanzar en proyectos y abrir nuevos caminos», describió Feijóo antes de concluir que su balance «se conjuga en futuro», con la «ambición de los 1.300 días que nos quedan». Quizá porque para saber adonde se va hay que saber de dónde se viene, el presidente terminó por citar a Rosalía, en el 180 aniversario de su nacimiento. «Xa non che val, Farruco / que vivas en compaña / dos anos pensadores / nin da esperiencia calva». La experiencia, calva o no, en política también es un grado.

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