La defensa del filicida de Moraña se basará en un trastorno mental

Año y medio después de que el asesinato de dos hermanas de 4 y 9 años conmocionase Galicia, el acusado por el doble crimen –y padre de las fallecidas– se sentará en el banquillo. Aunque todavía no hay fecha para la celebración de la vista, el juzgado de Caldas dio ayer el último paso al acordar la apertura de juicio oral y trasladar al caso a la Audiencia provincial de Pontevedra, donde David Oubel será juzgado. Su futuro quedará en manos de un tribunal popular que deberá valorar si el acusado, para el que Fiscalía y acusación particular piden la prisión permanente revisable, acabó con la vida de sus dos hijas aprovechando el último día de vacaciones con ellas y como parte de un plan premeditado para vengarse de su madre.

Fueron drogadas y atadas

Según el escrito de acusación al que tuvo acceso ABC, Oubel drogó y ató a sus hijas para poder cortarles el cuello con una sierra radial en su vivienda de Moraña. El relato de los hechos realizado por el Ministerio Público también desvela que las menores fueron halladas en la habitación y en la cocina de la casa, escenario éste último donde se habría producido un forcejeo entre el padre y la mayor de las hermanas, que trató de zafarse de las ataduras con cinta americana para escapar de su agresor. La brutalidad de los crímenes cometidos llevó al fiscal a solicitar por primera vez desde la reforma del Código Penal la prisión permanente revisable para Oubel, que fue hallado en el baño de la vivienda con la ropa cubierta de sangre.

La premeditación que el fiscal le achaca a su acción explicaría la carta que la madre de las pequeñas recibió el mismo día de los asesinatos. Por la contra, la defensa del presunto filicida basará su estrategia de defensa en que Oubel sufrió una enajenación mental transitoria por lo que solicitará para su cliente la eximente completa y lo convierte en inimputable. Además de la prisión permanente, la Fiscalía reclama al tribunal que le impida acercarse a menos de un kilómetro de exmujer y comunicarse con ella por un periodo de treinta años. Del mismo modo, exige para la progenitora una compensación económica de 245.000 euros por el doble asesinato de sus hijas pequeñas.

A espera de que el proceso por el brutal crimen arranque, David Oubel permanece ingresado en la cárcel de León, a la que fue traslado por motivos de seguridad después de sufrir amenazas de muerte en el penal pontevedrés de A Lama.