Una imagen reciente de la concurrida calle Blai
Una imagen reciente de la concurrida calle Blai - INÉS BAUCELLS

Vecinos de Poble Sec denuncian el incremento del incivismo

Critican el aumento de hurtos y trifulcas o el incumplimiento de los horarios de terrazas

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Ocurre con frecuencia que lo que es diversión de muchos supone también fastidio y hastío para otros tantos. Quienes viven en zonas de ajetreo nocturno conocen dicho sentir a la perfección. En Poble Sec, el dudoso honor de ejemplificar esta moneda de doble cara lo tiene desde hace ya varios años Blai, la calle que, contra todo pronóstico, se ha acabado erigiendo como la particular rambla del barrio.

Desde que hace algo más de un lustro los primeros bares de tapas emergieran, el fenómeno no ha hecho más que ir en aumento. Hoy son más de 40 las terrazas que se extienden a lo largo de sus 400 metros de longitud, y Blai se ha convertido en una de las zonas de copas más populares de la ciudad.

«Los problemas comienzan a surgir tras la retirada de las terrazas, bien por los grupos que a pesar de ello siguen bebiendo en la calle o por los locales que ignoran e incumplen los horarios que marca la normativa», explica Miquel Carrillo, responsable de seguridad de la Unión de Asociaciones de Vecinos de Poble Sec.

Además del ruido y la suciedad derivada, varios vecinos consultados por ABC señalan al tiempo un aumento considerable de trifulcas e incidentes violentos en los últimos meses. «Prácticamente cada noche pasa algo», indican algunos. Carrillo expresa sus dudas sobre el hecho de que pueda haber peleas como tal todos los días, pero sí que coincide en que se está volviendo algo habitual, y pone como caso más extremo la reyerta que se saldó con un herido de bala en un local de la calle Tapioles, perpendicular a Blai, a principios de septiembre.

Otro repunte delictivo lo conforman los crecientes hurtos de carteristas que, siempre según los vecinos, al acabar en el Metro se acercan a la ociosa calle para echar mano de los últimos botines con bolsos abiertos, objetos de valor desprovistos de atención y demás descuidos. Todo ello ha contribuido a que algunos vecinos se hayan decidido a poner su piso en alquiler y marcharse a vivir a otro lado hartos de la situación.

"Atención preferente"

Fuentes municipales manifiestan por su parte que el Poble Sec lleva ya varios años siendo «uno de los barrios de atención preferente por parte de Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra». Sin embargo, tanto el portavoz de la Asociación como el grueso de vecinos preguntados contradicen esta afirmación y acusan a los cuerpos policiales, especialmente al municipal, de no aportar suficientes recursos para poner freno al incivismo y no acudir con rapidez a los avisos. «Para cuando llegan ya se ha acabado la pelea o el conflicto que haya en ese momento y no hay nada que hacer», denuncia, entre otros, Rafael Núñez, vecino de 65 años de la calle Elkano que lleva más de media vida afincado en el barrio.

«La solución pasa por incrementar la presencia policial para evitar que ese tipo de cosas ocurran y también de inspectores que velen por el cumplimiento de los horarios. A las seis de la tarde, que es cuando hay agentes patrullando, no ocurre nada en absoluto», señala Carrillo. Pero el de Blai no es el único conflicto abierto al que se enfrenta Poble Sec.

La Asociación de Vecinos manifiesta que, al tiempo, la venta de drogas ha crecido sustancialmente. También que grupúsculos parecidos a las bandas latinas –pero no tan definidas como éstas– que hace alrededor de una década se concentraban en sus calles han reaparecido debido a la insuficiencia de seguridad.

La Guardia Urbana niega un incremento de actuaciones en la zona respecto a otros años. Cada una de las tres zonas del barrio –Les Hortes, la zona del centro y França Xica– tiene su marco de problemas más o menos definido. No obstante, los asaltos con violencia, los robos de pisos y tiendas, la prostitución esporádica en la plaza del Molino e incluso algún caso de violación son otros de los episodios que desde la agrupación vecinal también mencionan como más alarmantes. Para algunos de ellos, la comparación del Poble Sec con la Barceloneta es cada vez menos disparatada.

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