El Gobierno defiende ante Herrera la continuidad de la central de Garoña

El ministro de Energía, Álvaro Nadal, no evitó pronunciarse fue sobre su voluntad respecto a la central nuclear de Garoña. Pese a que en todo momento, desde el informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), había decidido guardar silencio sobre sus planes, ayer no escondió ante la delegación castellano y leonesa que los planteamientos de ambas «coinciden plenamente» y que «por su puesto defiende» que el reactor burgalés vuelva a estar en marcha, explicó Del Olmo tras la cita.

Cabe recordar que aunque en estos meses haya callado, en el anterior mandato de Mariano Rajoy cuando José Manuel Soria estaba al frente del entonces Ministerio de Industria, el Ejecutivo central defendió claramente el funcionamiento de la central. Ahora, Nadal había tratado de mostrarse imparcial antes de recibir las valoraciones que ha reclamado a todos los implicados para tomar la decisión de autorizar o no la renovación de la licencia de la central -tiene de tiempo hasta agosto-, pero parece que se inclina hacia la continuidad.

«Va a hacer todo lo posible con los instrumentos que tiene en su mano para que permanezca Garoña», señaló la consejera de Economía y Hacienda, que apostilló que «al Ministerio le pesa la opinión de la Junta».

Tanto si deciden seguir adelante con Garoña como si dan marcha atrás, parece que a Endesa e Iberdrola les está esperando a la vuelta de la esquina un importante desembolso sí o sí. Si en el seno de Nuclenor ya tenían claro el precio de continuar e incluso se había debatido la idea de desistir para esquivar las millonarias inversiones que exige la reapertura, ahora la Junta ha amenazado con poner también coste al cierre definitivo de la planta. Así lo avanzó ayer la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, quien apuntó que el Ejecutivo autonómico estudia la fórmula para intentar «gravar» ese posible «desmantelamiento» a través de alguna «figura impositiva», de manera que las dos empresas propietarias tengan que abonar una importante cantidad que se usaría para reactivar la zona.

De momento, es sólo un planteamiento y no está fijado ni diseñado el citado impuesto «que de alguna u otra manera grave el desmantelamiento de las centrales nucleares. La primera, si se desmantela que ojalá no, sería Garoña». Lo que se tiene claro es que este dinero sería asumido por las compañías «titulares» de las plantas. «Si les sale más mucho más barato -dicen- cerrar que continuar con la producción... Bueno, a lo mejor se lo piensan», argumentó Del Olmo respecto a los «costes y pérdidas tan poco demostrables» que están «aduciendo» desde Iberdrola.

El gravamen, del que Nuclenor dijo ayer no tener «confirmación oficial», trataría de «recaudar el dinero suficiente para crear un plan de reactivación para esa zona, que necesita empleo si se va la única gran empresa», puntualizó la consejera tras asistir a la reunión que citó ayer al ministro de Energía, Álvaro Nadal, y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, en la que la planta burgalesa y el carbón fueron los principales protagonistas.

El Ministerio de Energía, por su parte, quiso desmarcarse del impuesto aludiendo a que el tema corresponde a la Junta, si bien reconoció que no contradice la política energética del Gobierno, informa Efe.