«Los comuneros de Castilla», ajusticiamiento de los capitanes en Villalar el 23 de abril de 1521
«Los comuneros de Castilla», ajusticiamiento de los capitanes en Villalar el 23 de abril de 1521 - Antonio Gisbert

La historia de Toledo a través de sus batallas y sublevaciones

El estudioso toledano de ascendencia mozárabe, Francisco de Sales Córdoba, presentó este jueves su libro «Toledo, ciudad levantisca»

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«El toledano no es violento, es más bien orgulloso y temeroso del poder ajeno y dominante». Por eso, y debido a esa tendencia a la independencia o autonomía, se ha levantado en numerosas ocasiones contra los gobernantes y el control exterior sobre sus vidas. Esta es la conclusión a la que llega Francisco de Sales Córdoba, estudioso toledano de ascendencia mozárabe, en su libro «Toledo, ciudad levantisca» ( Ediciones Covarrubias), que se presentó el jueves en el Museo del Ejército.

Según cuenta De Sales Córdoba a ABC, a lo largo de la importante historia de Toledo se han sucedido numerosos levantamientos, rebeliones y motines contra el poder dominante. «Este tipo de hechos no habían sido recopilados hasta ahora por ningún autor», subraya; de ahí su intención de resumirlos en este libro de poco más de 100 páginas.

Además, la mayoría de estos acontecimientos, y sus resultados, han supuesto «cambios trascendentales en la historia de España, contra la opinión generalizada de ciudad sumisa y tranquila», afirma.

Ya desde la época de dominación musulmana, tras la conquista de la Península Ibérica en 711, Toledo fue una de las principales voces críticas con el emirato de Córdoba, sede del gobierno musulmán que dominaba Al-Ándalus con dependencia de Damasco. Alrededor del año 760 es cuando comienzan las famosas y casi constantes rebeliones de los toledanos contra el gobierno de Córdoba.

El emir Abd al Rahman I dominó con mano firme su vasto territorio, pero en Toledo, su gobernador Hisham b. Urwa al-Fihiri comenzó a instigar una serie de revueltas contra Córdoba, que provocaron el primer asedio de la capital toledana. Una situación que se volvió a repetir en años y décadas posteriores, «cosa que no fue tan fácil debido a que las fuertes murallas construidas con el rey godo Wamba la convirtieron en una ciudad casi inexpugnable», señala De Sales Córdoba.

Francisco de Sales (2º por la izquierda) mira a cámara en la presentación del libro
Francisco de Sales (2º por la izquierda) mira a cámara en la presentación del libro - A. P. Hererra

Uno de los episodios más destacados de esta época ocurrió en 807, con Abd al Rahman II. La Jornada del Foso o la «noche toledana», como mejor se la conoce, fue un motín llevado a cabo por caudillos mozárabes y muladíes que consiguieron, temporalmente, la independencia de Toledo. El autor recuerda la leyenda que narra que el emir llamó al gobernador de Talavera, Amrus ibn Yusuf, quien, para acabar con la revuelta, organizó una fiesta en la que fue decapitando uno por uno a los rebeldes, siendo ejecutados entre 400 y 500 personas.

De Sales Córdoba habla de los continuos levantamientos contra el poder establecido, pero también menciona algunas revueltas contra sociedades y comunidades asentadas en la ciudad. Tal es el caso de los asaltos a la judería de finales del siglo XIV e incluso luchas y rivalidades entre familias dominantes en la sociedad toledana, como entre los Ayala y los Silva.

El estudioso toledano no pasa por alto la importancia que tuvo Toledo en la Guerra de las Comunidades. El noble toledano Juan de Padilla fue quien lideró a principios del siglo XVI la revuelta comunera contra el reinado de Carlos I debido a su procedencia flamenca. El fin del movimiento comunero parece llegar a su fin en 1521 tras la ejecución de los principales cabecillas en la batalla de Villalar, Padilla, Bravo y Maldonado, pero María Pacheco, esposa del noble toledano, continuará al frente de la rebelión unos meses más y se traslada al Alcázar para organizar la defensa de Toledo.

El motín de Toledo de 1808

Dando un salto de siglos, también destaca dos hechos que sucedieron en Toledo y que tuvieron una gran trascendencia en nuestra historia contemporánea, como es el levantamiento contra los franceses y la Guerra Civil española. Por un lado, De Sales desvela en su libro que el pueblo toledano fue el primero que se rebeló contra la ocupación francesa,en lo que se conoció como «El motín de Toledo de 1808», que tuvo lugar en la noche del 21 de abril, antes del 2 de mayo madrileño.

Según cuenta, varios miles de toledanos se presentaron en la casa del corregidor Santamaría, en la plaza del Salvador. Le pedían que se pusiera en libertad a algunos presos que se habían resistido a dar alojamiento a los franceses o que se negaron a pagar una multa impuesta por estas reticencias. Este fue el inicio de la revuelta del pueblo de Toledo contra la ocupación francesa, una rebelión en la que las mujeres tuvieron un papel destacado.

Moscardó explica a Franco y Varela las vicisitudes del asedio al Alcázar de Toledo
Moscardó explica a Franco y Varela las vicisitudes del asedio al Alcázar de Toledo - ABC

Pero si hay unos hechos caracterizados por la violencia, en algunos momentos fratricida, son los que se dieron durante la Guerra Civil, en la que Toledo jugó un papel fundamental. La ciudad fue el escenario de uno de los episodios más conocidos de la contienda, el famoso asedio al Alcázar. En él las tropas nacionales dirigidas por el general Moscardó resistieron durante setenta días los ataques de las milicias populares y del ejército republicano.

Desgraciadamente, lamenta el autor, no fue este el único episodio violento que tuvo lugar en Toledo durante los años que van del 1936 al 1939, cuando se suceden las revueltas y los asesinatos entre nacionales y republicanos en la capital y en la provincia. De hecho, hasta el final de la contienda los frentes de batalla se mantuvieron muy cerca de la ciudad, y aún hoy son visibles los restos de las posiciones ocupadas por ambos bandos en el entorno del Cerro de los Palos, la urbanización Las Nieves o el centro comercial Luz del Tajo, entre otros. Ojalá que la historia no se repita.

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