Campos inundados en las inundaciones del Ebro del año pasado
Campos inundados en las inundaciones del Ebro del año pasado - Fabián Simón
Sociedad

Los pueblos «ahogados» por el Ebro irrumpen en la campaña del 26-J

Citan a todos los partidos políticos a un debate abierto para que expongan sus propuestas para prevenir inundaciones

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Los pueblos aragoneses ribereños del Ebro, que padecen sistemáticamente inundaciones cada vez más frecuentes, van a aprovechar la campaña electoral para forzar a los partidos políticos a que «se mojen», den la cara públicamente ante ellos y expongan sus propuestas y compromisos para prevenir esas dañinas riadasque atenazan a esos municipios y a sus economías.

Las localidades afectadas están agrupadas en la Asociación de Afectados por las Riadas del Ebro (Asafre). La crearon hace unos años para alzar la voz ante un problema creciente: el Ebro se desborda cada vez con más facilidad; cada vez necesita menos agua para acabar provocando inundaciones que dejan un reguero de pérdidas multimillonarias en infraestructuras públicas y en propiedades particulares.

Los municipios ribereños también llevan años exigiendo dragados del río, limpiezas en profundidad para devolver al cauce del Ebro la capacidad de desagüe que ha ido perdiendo.

Las normativas de protección medioambiental fueron endureciendo las obras a realizar en el cauce y han acabado limitando considerablemente los trabajos de limpieza del río. A raíz de ello, el lecho del río se ha elevado por la acumulación de materiales de arrastre, se ha achicado la capacidad del cauce y eso provoca que, en caso de crecidas, los desbordamientos se produzcan de forma cada vez más frecuente.

Asafre considera que la solución no puede quedar exclusivamente en manos de las indemnizaciones, de los seguros y de las ayudas públicas -multimillonarias- que se tienen que desembolsar para resarcir los daños por unas inundaciones cada vez más recurrentes. Creen, y así llevan tiempo defendiéndolo, que las soluciones han de ser de carácter preventivo, para reducir el riesgo de desbordamientos.

El problema es que, en este punto, sigue sin haber consenso político. Y, además, existe un auténtico ovillo de normativa y de competencias repartidas entre el Estado y la Administración autonómica.

A nivel político, hay partidos que se oponen abiertamente a los dragados; otros que están a favor de ellos; y otros que no acaban por decantarse claramente entre ninguna de ambas opciones.

Ante este panorama, y aprovechando las próximas elecciones generales del 26 de junio, los municipios afectados por las inundaciones del Ebro han decidido aprovechar la campaña para poner sobre la mesa su problema. Han citado a todos los partidos que se presentan a las elecciones en Aragón a un debate abierto que tendrá lugar el próximo 6 de junio en Zaragoza. Quieren que cada partido, en ese acto, diga claramente qué propone y a qué se compromete para hacer frente a los recurrentes y multimillonarios daños que dejan las riadas del Ebro.

Desde el año 2003, este gran río ha protagonizado dañinas riadas en seis ocasiones, en una región que padece de forma alterna las pérdidas por riadas y por sequías. Las peores inundaciones protagonizadas por el Ebro fueron las de 2003, 2007 y 2015, pero también hubo desbordamientos en 2008, 2009 y 2013.

Lo ocurrido el año pasado es revelador de cómo está avanzando este problema: en tres meses hubo cuatro riadas consecutivas que inundaron campos y pusieron en jaque a pueblos ribereños. Las inundaciones del Ebro del año 2015 dejaron unas pérdidas totales de unos 200 millones de euros, entre propiedades privadas e infraestructuras públicas.

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