Luis Pineda
Luis Pineda - RAFA ALBARRÁN

Un testigo declara que Pineda alardeaba de sus influencias en un sector del PP de Madrid

El portavoz de Facua denuncia que la supuesta asociación recibía subvenciones sin cumplir los requisitos

Madrid Actualizado: Guardar
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Los antiguos empleados de las entidades extorsionadas por la trama de Ausbanc y Manos Limpias dibujan el mismo escenario: el banco decide dejar de pagar los convenios publicitarios a Ausbanc y ésta lanza una campaña de desprestigio por numerosos métodos. Estos ataques se solían dirigir tanto contra el presidente de la entidad como contra el director de comunicación, el enlace con los medios.

Uno de los testigos que ha comparecido este miércoles ante el juez, el exdirector de comunicación de Caja Madrid Juan Astorqui, ha relatado que en estas coacciones el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, hoy en prisión, solía alardear de sus influencias en un sector del Partido Popular de Madrid, según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio.

De hecho, la mujer de Pineda, María Teresa Cuadrado, ocupó el cargo de directora de consumo de la comunidad.

Con Caja Madrid sucedió como con otras entidades: Astorqui decidió romper los convenios con Ausbanc, al considerar que se pagaba más dinero del que correspondía, y la supuesta asociación de usuarios arremetió contra la entidad financiera que acabó integrándose en Bankia. Los caminos de la extorsión eran cuatro, según ha explicado Astorqui al magistrado: publicidad negativa en los medios de Ausbanc, mensajes negativos en otros medios como tertulias, acoso judicial y esa presión política que reinaba en el ambiente.

Ausbanc llegó a intentar, incluso, vender a Caja Madrid una especie de sello de calidad para los productos financieros de la entidad, con el que la antigua caja de ahorro se aseguraba que la asociación no iba a emprender acciones legales contra ese producto. El precio que se exigía por blindar un producto eran unos 150.000 euros.

El que fuera director de comunicación de la Caja Madrid presidida por Miguel Blesa también ha asegurado este jueves que intentó ponerse en contacto con otros responsables de comunicación de otras entidades para coordinarse y parar los pies a Pineda. Su iniciativa no prosperó y llegó a filtrarse a Pineda, quien le llamó muy enfadado, pidiendole explicaciones, según las mismas fuentes.

Otro testigo, el portavoz de Facua Rubén Sánchez, ha denunciado que la Comunidad de Madrid otorgó muchas subvenciones a Ausbanc cuando la entidad no cumplía los requisitos legales exigidos a una asociación de usuarios para cobrarlas. Según su versión, Ausbanc no tenía socios según la definición de la ley: sus contribuyentes firmaban un contrato de adhesión pero no tenían voz ni voto.

Aun así, Ausbanc fue una de las asociaciónes más subvenciones por la Comunidad de Madrid, según Sánchez, quien relató que a Facua le costaba mucho más conseguir subvenciones. Esta trampa de Ausbanc apuntala una de las tesis de los investigadores: Ausbanc no era una asociación que defendía a los consumidores, sino un negocio que utilizó esa bandera para atacar a los bancos a los que debía vigilar.

Este testigo, que explicó que Pineda le colocó en la diana de sus coacciones cuando se negó a colaborar con él, también ha señalado que Manos Limpias pidió su imputación en varias ocasiones por una causa de facturas falsas en Sevilla, otro indicio que marcaría que el supuesto sindicato era parte de la trama liderada por Pineda.

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