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Dos de los sospechosos salen de su vivienda de Lavapiés, antes de ser detenidos por la Policía el 21 de junio - ABC

«Oh reportero, tú eres un muyahidín»: Elomari valoraba especialmente la yihad mediática y virtual

Además, el yihadista se preocupaba mucho de tener una buena preparación ideológica

MADRID Actualizado: Guardar
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Rachid Elomari no solo tenía obsesión por prepararse para hacer la yihad, ya fuera en España o en Siria, sino que además se preocupaba por cultivarse desde un punto de vista doctrinal. Así, entre el abundante material en soporte informático que le fue intervenido destaca la publicación «Resumen de las leyes del sultanato y de las provincias religiosas», una auténtica «constitución» del califato, o el manual «Oh reportero, tú eres un muyahidín», en el que se destaca la importancia de la yihad mediática y virtual.

En cuanto al primero, se trata de un compendio normativo-legislativo en el que se abordan las cuestiones referentes a lo que serían los cargos de gobierno dentro del califato y los mecanismos de elección de los mismos, así como sus funciones y finalidad.

En árabe

Esta preocupación por prepararse ideológicamente le era especialmente útil para adoctrinar a sus «hermanos». Así, se le encontró también una guía escrita en árabe llamada «Buena noticia para los ejecutantes de las operaciones suicidas» que es un completo manual destinado al combatiente yihadista, con unos contenidos muy potentes y elaborados desde el punto de vista doctrinal que llega a contener incluso una justificación religiosa para que el muyahidín llegue al convencimiento de la necesidad de las acciones de martirio.

Tenía en su poder una publicación («Oh reportero, tú eres un muyahidín»)

En cuanto a la importancia de la yihad mediática y virtual, Elomari tenía en su poder una publicación («Oh reportero, tú eres un muyahidín») escrita en árabe, que argumenta, desde un punto de vista ideológico y operativo, la especial trascendencia que tienen los comunicadores al servicio de Estado Islámico. En él se afirma que «hay que acabar con los prejuicios que hay sobre la labor del comunicador, con la idea de que la yihad solo se ciñe a asesinar con armas físicas y ya. Muy al contrario, a veces, disparar una palabra es más eficaz que las bombas».

Elomari, por tanto, supone también un peligro desde el punto de vista del adoctrinamiento de musulmanes. Su radicalización se remonta a bastante tiempo atrás. pero fue en marzo pasado, después de un viaje que hizo a Marruecos, cuando ese proceso se acentuó de manera evidente.

A partir de esa fecha, según las investigaciones de la Comisaría General de Información, comenzó a despreocuparse de cualquier cosa que no tuviera que ver con su actividad yihadista, campo en el que desplegaba una actividad frenética. De hecho, cuando dejó de trabajar en el locutorio no intentó siquiera buscar un nuevo empleo.

En su habitación

En definitiva, su trabajo era sacar información de Daesh y estructurarla, aunque obviamente también reservaba tiempo para estar con sus «hermanos», a los que recibía en la habitación de su piso de la calle Divino Vallés, en el barrio de Lavapiés de Madrid. Por tanto, no es un individuo que simplemente almacena material más o menos radical, sino que se rodea de personas para influir en ellas e incorporarlas a la yihad.

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